domingo, 26 de junio de 2022

Un momento... ¿De quién dependemos?

 


UN MOMENTO CON DIOS

¿De quién dependemos?

 

 “Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar”. (Salmo 23. 5)

 

Los reyes de la antigüedad acostumbraban a realizar un banquete después de haber obtenido la victoria en una batalla. En dicho banquete el rey enemigo, ahora vencido, era colocado a los pies de la mesa donde comía el vencedor como un acto de humillación hacia el perdedor y en consecuencia como un gesto de exaltación del ganador.

La unción del invitado principal con aceite perfumado era otra manera de rendir honor a él, y el consumo de vino, para alegrar más a los invitados a la celebración, nos hablan de la alegría y la satisfacción por haber podido llevar a cabo la tarea con éxito.

El rey David en esta porción del conocido Salmo 23 nos está diciendo que el fundamento de su éxito es el poder de DIOS, que sólo a ÉL le debe el privilegio de estar festejando el triunfo sobre sus enemigos.

Y nosotros, ¿hemos tenido éxito recientemente en las tareas que hemos emprendido?

En caso positivo, ¿hemos reconocido que todo lo que logramos fue por el auxilio de Dios? y en caso negativo, ¿será que no estamos dependiendo de Dios sino de nuestras propias fuerzas y habilidades?

La Palabra de Dios dice que encomendemos nuestras obras a Dios y que ÉL hará, es decir, que ÉL se encargará de que todo sea llevado a feliz término.

Si dependemos de nuestras propias fuerzas pasarán dos cosas. En primer lugar fallaremos y en segundo lugar desfalleceremos pues nuestras fuerzas son limitadas, especialmente cuando nos enfrentamos a las adversidades y a nuestros enemigos.

En caso contrario, si dependemos de Dios también pasarán dos cosas:

(a) una es que obtendremos la victoria derrotando el temor y contundentemente a nuestros adversarios, y

(b) la otra es que no habremos tenido que usar nuestras propias energías porque Dios se encargó de todo y de la mejor manera posible.

¿Cuál de estas dos opciones preferimos? 

¡Sólo a DIOS sea la gloria!

Dios les bendiga abundantemente.

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