domingo, 5 de marzo de 2017

Leyendo... 2 de Samuel capítulo 20


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LECTURA DIARIA:
2 de Samuel capítulo 20

El capitulo anterior terminó con un ambiente hostil entre Judá y las 11 tribus de Israel.
Un hombre llamado Seba, aprovechó este problema para iniciar un conflicto en contra de David. Nuevamente hubo desunión entre las 11 tribus de Israel y Judá quien estaba con David. Judá fue dejado casi solo para dirigir a David a la ciudad.
Fue una gran locura seguir a un hombre como Seba y dejar al ungido de Dios.
Al regresar a Jerusalén David decidió dejar a diez de sus concubinas en viudez perpetua. Las dejó porque su hijo Absalón se allegó a ellas por consejo de Ahitofel, para apoderarse del reino (16.21)
David había quitado a Joab del frente de su ejército y le había dado su posición a Amasa.
Su primera misión era juntar en solo 3 días el ejército de Judá y estar listo para pelear. Pero Amasa muy pronto mostró no tener la habilidad necesaria para esa tarea.
David ya no se dirigía a Joab, sino a su hermano, para quitarle poder. El poder y la influencia de este hombre eran aún mayor que las de Absalón.
Ahora Abisai estaba a cargo de la misión, pero Joab no lo permitiría.
Amasa ya se encontraba ahí para cumplir la misión de David. Pero Joab, con engaño y mucha habilidad porque no estaba dispuesto a perder su puesto mató a Amasa. Nuevamente Joab mata a otro hombre en contra de la orden del rey, y nuevamente saldría sin ningún castigo.
Aún con ese crimen, Joab logró que la gente de Amasa lo siguiera en busca de Seba.
Y en Abel - Bet-maaca sitiaron la ciudad porque allí estaba Seba, nadie podía salir o entrar.
Trataron de derribar los muros, y la gente de la ciudad pensó que la querían destruir. Una mujer pide hablar con Joab, tuvo el valor para enfrentarse al feroz ejército y evitar una tragedia. Ella se aseguro de que Joab escucharía lo que iba a decir.
La mujer le dijo a Joab que no había razón para atacarlos así, que podían hablar, que ellos eran pacíficos.
La mujer con sus palabras le dejó muy claro a Joab el gran error que estaba cometiendo al querer atacarlos. Joab le indicó que esa no era su intención destruir a la ciudad y le dice cual era el motivo de su ataque.
La mujer no dejaría que entrara Joab, y le dice que ellos mismos entregarían a Seba.
Ella logro convencer al pueblo y ellos mismos se encargaron de ejecutarlo y entregar su cabeza al ejército.
Joab se puso nuevamente como Jefe, no había quien lo parara.
Benaía hijo de Joiada estaba sobre los Cereteos y Peleteos. Este hombre tenía el segundo lugar del ejército.
Adoram sobre los tributos, y Josafat hijo de Ahilud era el cronista. Seva era escriba, y Sadoc y Abiatar, sacerdotes, e Ira jaireo fue también sacerdote de David.

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