domingo, 18 de diciembre de 2016

Leyendo... Jueces capítulo 4


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LECTURA DIARIA:
Jueces capítulo 4

Luego de la muerte de Aod, Israel pecó nuevamente «ante los ojos de Jehová». 
Esta vez, Israel fue oprimido por los cananeos bajo Jabín rey de Hazor y el jefe de su ejército Sísara. 
Jabín oprimió a Israel durante veinte años, y con novecientos carros herrados, Jabín y Sísara fueron capaces de mantener su dominio y reinado de terror sobre los territorios del norte de Israel.
Durante ese tiempo de dominio cananeo, Dios levantó a Débora, quien era una profetisa. Ella fluía bajo el manto profético del Señor y también era juez.
Los hijos de Israel venían a Débora para arreglar sus disputas. 
Bajo la dirección del Señor, Débora le encargó a Barac que levantara un ejército para derrotar a las fuerzas del ejército de Jabín.
El monte Tabor, en el cual Débora mandó a Barac a reunir las tropas, estaba a unos quince kilómetros del extremo sur del mar de Galilea, por el oeste.
El río Cisón estaba formado por los arroyos que descendían del monte Tabor y luego fluían como un río en dirección noroeste a través del valle de Jezreel, desembocando en la bahía de Acca bajo el monte Carmelo. La confianza con la que Débora le dió la orden de que fuera a Barac nació del Espíritu.
Sin embargo, a pesar de la confianza de Débora, Barac quería que ella estuviera allí con él, pero de ninguna manera fue ese un acto de cobardía. Era la unción del Señor que estaba sobre Débora lo que Barac respetaba, pues Barac dependía de la unción de Dios para ganar sus batallas.
Para asegurarse que el ejército de Israel, que tenía diez mil hombres, no recibiera el honor, el Señor declara, por medio de Débora, que una mujer mataría a Sísara. Toda la gloria se le daría al Señor.
Luego de la derrota de su ejército Sísara huyó y se escondió en la tienda de Jael mujer de Heber ceneo.
Heber ceneo había emigrado hacia el norte con su esposa Jael del Neguev, la región meridional de Palestina, y se convirtió en un aliado del rey Jabin. Jael, por otro lado, no compartió la decisión de su esposo. 
Cuando mató a Sísara, Jael demostró su fidelidad a la alianza de los ceneos y los israelitas, que existía desde los tiempos de Moisés. 
Así se cumplió la predicción de Débora de que el honor de vencer a Sísara sería de una mujer.
Así el ejército de Jabín fue conquistado y destruido, y se abrió el camino para avanzar hacia la fortaleza del rey Jabín.

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