jueves, 15 de diciembre de 2016

Leyendo... Jueces capítulo 1


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LECTURA DIARIA:
Jueces capítulo 1

Los israelitas estaban convencidos que había que continuar la guerra contra los cananeos; pero dudaban sobre el modo de ejecutarla después de la muerte de Josué. Preguntaron al Señor al respecto.
Dios encarga que le sirvan de acuerdo con la fortaleza que Él había otorgado. Judá era el primero en dignidad y debe ser el primero en el deber. El servicio de Judá seria de poca utilidad si Dios no daba el éxito; pero Dios no daría el éxito a menos que Judá se dedicaba al servicio. Judá era la más considerable de todas las tribus y Simeón, la menor; sin embargo, Judá implora la amistad de Simeón y les pide socorro. 
Adoni-bezec fue hecho prisionero. Este príncipe había sido un tirano severo. Los israelitas, evidentemente bajo la dirección divina, le hicieron sufrir lo que él había hechos a otras personas. 
Los cananeos tenían carros de hierro, pero Israel tenía a Dios de su lado. Pero aun ellos dejaron que sus temores prevalecieran sobre su fe. 
Los ceneos se habían establecido en la tierra. Israel dejó que se establecieran donde gustaran, siendo un pueblo tranquilo y no ambicioso. 
El pueblo de Israel fue muy negligente con su deber y con sus beneficios. Si no fuera por la pereza y la cobardía, no habrían tenido dificultades para completar sus conquistas. También se debía a su codicia, estaban dispuestos a dejar que los cananeos vivieran entre ellos para aprovecharse de ellos.
Además no tenían el rechazo por la idolatría que deberían tener. La misma incredulidad que mantuvo a sus antepasados por cuarenta años fuera de Canaán, les impedía ahora tomar completa posesión de la tierra.
La desconfianza en el poder y la promesa de Dios les privaban de los beneficios y tuvieron que pasar por muchos problemas.

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