LECTURA DIARIA:
Josué capítulo 23
Josué se encontraba al final de su vida. Como un padre, deseaba dejar el tesoro de la sabiduría que había acumulado a sus seguidores. Israel debía ser una bendición para todos los pueblos que lo rodeaban, pero a causa de que estos pueblos habían resistido a Israel como enviado de Dios se les caracteriza como enemigos.
Josué hace recordar al pueblo las grandes cosas que Dios ha hecho por ellos en sus días. Los exhorta a ser muy valientes. Guardar con cuidado lo que está escrito, hacerlo con diligencia y apreciarlo con sinceridad.
Además, esforzarse con mucha diligencia para olvidar la idolatría pagana, de modo que nunca sea revivida. Josué les exhorta a ser muy constantes.
Josué manifiesta las consecuencias fatales de echarse para atrás; ellos tenían que saber que eso seria su ruina.
El primer paso, para eso, seria la amistad con los idólatras; el siguiente, casarse con ellos; el final seria servir a sus dioses.
Esta profecía, acerca de las consecuencias de permitir matrimonios con las naciones cananeas, con el tiempo se cumplió. Muchas historias en el libro de Jueces demuestran lo que Israel tuvo que sufrir por no seguir a Dios con todo el corazón. Dios le mostró a Israel un amor supremo y gran paciencia.
Josué le recuerda a Israel su inminente muerte. Estos dos sermones finales contenían su última voluntad y su testamento.
La gracia de Dios siempre ha estado unida con la aplicación estricta de la justicia y su necesidad de ser un juez justo.
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