sábado, 24 de diciembre de 2016

Leyendo... Jueces capítulo 10


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LECTURA DIARIA:
Jueces capítulo 10

Las acciones libertadoras de Tola deben haberse limitado a solucionar las luchas internas y las secuelas de las prácticas idólatras que surgieron en el reinado de Abimelec. 
El papel desempeñado por Jair como juez anticipa el de Jefté, el próximo de los «jueces mayores» que también provenía de Galaad.
Jair parece haber sido un hombre rico y de elevada posición social. 
Tola y Jair pertenecían al grupo de los llamados «jueces menores». Llevaban a cabo funciones judiciales y eran responsables de mantener y administrar la ley en el seno del pueblo. Los «jueces mayores» eran predominantemente líderes militares, que liberaron a Israel de sus enemigos.
En cinco versículos leemos sobre dos hombres que juzgaron a Israel por un total de cuarenta y cinco años, aunque todo lo que conocemos de ellos, aparte de la extensión de su gobierno, es que uno tuvo treinta hijos, los que cabalgaban en treinta asnos. 
Después de 18 años de opresión amonita los israelitas mostraron verdadero arrepentimiento. Reconocieron haber olvidado al Señor y servido a los baales.
Una vez más, los israelitas sufrieron durante muchos años antes de que dejaran sus caminos pecaminosos y clamaran a Dios pidiendo ayuda. 
Cuando todo iba bien, los israelitas se olvidaban de Dios. Pero a pesar de ser rechazado por su propio pueblo, Dios nunca dejó de rescatarlos cuando clamaban a El con arrepentimiento. 
El poder de la nación amonita estaba en su punto más alto durante el período de los jueces. Los amonitas eran descendientes de Amón, concebido cuando la hija de Lot durmió con su padre ebrio. La tierra de Amón estaba localizada justo al este del río Jordán, frente a Jerusalén. Al sur de Amón se encontraba la tierra de Moab, la nación concebida cuando la otra hija de Lot durmió con su padre. Moab y Amón eran generalmente aliados. Era una tarea formidable derrotar a esas naciones.

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