martes, 13 de diciembre de 2016

Leyendo... Josué capítulo 24


La imagen puede contener: 1 persona
LECTURA DIARIA:
Josué capítulo 24

Josué reunió en asamblea a todo el pueblo de Israel, les habló en nombre de Dios y de parte de Él. Su sermón fue doctrina y aplicación. La parte doctrinaria es la historia de las grandes cosas que Dios había hecho por su pueblo y por sus antepasados.

La aplicación de la historia de las misericordias de Dios para con ellos, es una exhortación a temer y servir a Dios como gratitud por su favor, y que eso pudiera continuar.
Josué les dio a elegir, pero no como si fuera indiferente que ellos sirvieran o no a Dios. “Escogeos a quien sirváis”, ahora las cosas estaban claras ante ellos. Él y su familia, por su parte resuelve servir a Dios, sea lo que fuere que los demás hagan.
Los israelitas estuvieron de acuerdo con Josué, influidos por el ejemplo del hombre que había sido una bendición tan grande para ellos. Josué los llevaba a expresar el pleno propósito del corazón de ser fieles al Señor.
Debían despojarse de toda confianza en su propia suficiencia o de lo contrario, sus propósitos serian vanos. Cuando hubieron decidido deliberadamente servir a Dios, Josué hace un pacto solemne. Hace un monumento para memoria.
El pacto entre Israel y Dios era que el pueblo adoraría y obedecía sólo al Señor. El propósito de ellos era convertirse en una nación santa que tendría una influencia para Dios en el resto del mundo. La conquista de Canaán representaba un medio para lograr este propósito, pero Israel se preocupó por la tierra y perdió de vista a su Señor y Dios.
De esta manera emotiva Josué se despidió de ellos; si perecen, la sangre de ellos será sobre sus cabezas.
El libro concluye con la muerte y el entierro de tres grandes figuras en la historia de Israel: Josué, José y Eleazar. Israel había recibido su herencia y el pacto de Dios se había cumplido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario