UN MOMENTO CON DIOS
Luces navideñas.
“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (Juan 8. 12)
Cada año, durante las semanas
previas a la Navidad, muchas ciudades importantes del mundo, se transforma en
un mundo maravilloso de luces y colores. El propósito de este show de luces es
atraer a los turistas para que gasten su dinero en las numerosas tiendas de la
zona. Los consumidores llegan para disfrutar de las celebraciones, escuchar
villancicos navideños y presenciar espectáculos.
El primer show de luces de
Navidad fue en el nacimiento de Jesús. No se produjo gracias a cables
eléctricos, brillos ni luces fluorescentes, sino a que «la gloria del
Señor los rodeó de resplandor» (Lucas 2. 9)
Ningún turista la vio, sino
sólo unos sencillos pastores que estaban en sus campos. Y no sólo eso, sino que
le siguió una inesperada interpretación de un coro angelical, que
decía: «¡Gloria a DIOS en las alturas…!»
Los pastores fueron a
Belén para ver si lo que el ángel había dicho era verdad. Tras haberlo
confirmado, no pudieron callar lo que habían visto y oído. Entonces, «al
verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño».
Muchos hemos oído con
frecuencia la historia de la Navidad. Este año, ¿qué tal si compartimos con
otros la buena noticia de que Cristo, «la luz del mundo», nació para
salvarnos?
El don del amor de DIOS en
nosotros puede iluminar toda oscuridad.
Dios les bendiga
abundantemente.
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