jueves, 17 de junio de 2021

Cada día... Sigamos soñando.

 


CADA DÍA CON DIOS

Sigamos Soñando

 

Todos los seres humanos independientemente de nuestra condición económica o cultural pasamos por momentos de muchas dificultades. 

Hay algo que hace que las personas en las crisis fracasen o triunfen. 

Las personas que logran superar las crisis son aquellas que nunca dejaron de soñar a pesar de los problemas, las personas que sucumbieron a la crisis son aquellas que perdieron la capacidad de seguir soñando. 

Quien ya no sueña está en condición de muerto o inerte. 

Todo lo que anhelamos ser, hacer o tener en la vida invariablemente comienza con un sueño. Soñar es el acto de desear con el corazón, de crear en las fantasías de nuestra mente esos oasis de esperanza que quisiéramos vivir, es aquello que anhelas y que tiene un sentido de gran importancia para nuestra vida. Una vida rutinaria es uno de los principales factores que hace que los sueños se acaben.  

Muchas veces creemos que son los demás, las otras personas las que nos roban los sueños, las ilusiones. Pero los únicos que matamos nuestras ilusiones somos nosotros mismos. 

Si queremos mantener viva la ilusión o el sueño de un matrimonio feliz. Nunca dejemos que la rutina llegue a nuestra casa aprendamos a innovar hacer de lo mismo algo diferente.

Dios le había prometido a su pueblo que le daría la tierra que mana leche y miel y un día llego ese momento tan anhelado.  

Que hacer para siempre seguir soñando. 

1. Querer, Desear. Sin querer o desear algo es difícil conseguirlo. Josué 21. 1 - 2 “Los jefes de los padres de los levitas vinieron al sacerdote Eleazar, a Josué hijo de Nun y a los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel,  y les hablaron en Silo en la tierra de Canaán, diciendo: Jehová mandó por medio de Moisés que nos fuesen dadas ciudades donde habitar, con sus ejidos para nuestros ganados.” 

Tener la capacidad de soñar es lo que le da sentido a nuestra vida, una persona sin sueños o deseos vive en monotonía y rutina. 

2. Poseer. Para conseguir un sueño es necesario luchar, esforzarse, pagar un precio, que estamos dispuestos hacer para conseguir lo que queremos. Josué 21. 43 a “De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y la poseyeron” 

Jesucristo nos da todas las oportunidades y bendiciones, pero es necesario que nosotros las poseamos o las tomemos. 

3. Habitar. Una vez que hemos logrado lo que queremos es necesario arreglar, hacer de eso algo agradable. Algunas personas luchan mucho por obtener el amor de una persona y cuando por fin lo consiguen lo descuidan. El trabajo no solo es plantar la semilla, el verdadero trabajo está en cuidar la planta. Josué 21. 43 b “y habitaron en ella.” 

Cuando nosotros aprendemos a desear, a poseer y a cuidar sucede algo maravilloso no hay nada, ni nadie que nos detenga. Es decir, ningún enemigo puede hacernos frente. Enemigos como la pereza, el desánimo, las críticas, el miedo. Etc. Josué 21. 44 b “y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos.” 

Un sueño cumplido o logrado a través del esfuerzo no solo genera satisfacción, también genera paz en nuestro corazón. Josué 21. 44 a “Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres” 

Nunca permitamos que los demás, que las circunstancias o nuestros propios temores nos roben la oportunidad de continuar soñando. No importa cuál es nuestra edad, aun si somos ancianos, todavía tenemos muchas cosas por lograr. 

Dios les bendiga abundantemente.

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