viernes, 11 de junio de 2021

Cada día... Siempre falta algo por hacer.

 




CADA DÍA CON DIOS

Siempre Falta algo por Hacer

 

Son muchas las estrategias y las formas que podríamos utilizar para lograr o alcanzar nuestras metas, en esta ocasión Jesucristo quiere hablarnos de una de esas muchas estrategias. 

La estrategia que nos recomienda Dios es creer que siempre hay algo por hacer. Josué 13. 1 “Siendo Josué ya viejo, entrado en años, Jehová le dijo: Tú eres ya viejo, de edad avanzada, y queda aún mucha tierra por poseer. " Las personas que creen que ya todo lo han conseguido por lo general se descuidan, es decir bajan la guardia y dejan de luchar con la misma intensidad. 

El apóstol Pablo también utilizaba esta estrategia para nunca dejar de luchar. Filipenses 3. 13 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,” Esto le permitía al apóstol Pablo siempre avanzar y nunca retroceder. 

Estar seguros de que todavía tenemos muchas cosas por hacer o por alcanzar, que todavía no hemos logrado todo nos permite no desmayar cuando todo parece perdido. 2 Corintios 4. 8 - 9 “que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos” 

El secreto de Jesús para nunca dejarse confundir aquí en la tierra era saber que su tiempo todavía no había llegado, que todavía le faltaba mucho por hacer. Juan 7. 6 “Entonces Jesús les dijo*: Mi tiempo aún no ha llegado, pero vuestro tiempo es siempre oportuno” 

Como entender que todavía hay mucho por Hacer. 

1. Conociendo muy bien nuestro propósito. 1 Corintios 9. 26 “Por tanto, yo de esta manera corro, no como sin tener meta; de esta manera peleo, no como dando golpes al aire” El que no sabe que es lo que quiere conseguir, o cuál es su meta, tampoco sabe cuánto le falta para llegar. 

Saber exactamente qué es lo que queremos nos permite no desanimarnos cuando vemos la meta lejos de nuestro alcance. 

Saber que es lo queremos permite que nos volvamos a orientar cuando sentimos que estamos perdidos o desenfocados de nuestra meta. 

2. Renunciando a toda pereza.  Proverbios 13. 4 “El alma del perezoso desea, pero nada consigue, más el alma de los diligentes queda satisfecha.” La pereza nos lleva a resignarnos con lo que tenemos. 

La única forma de entender que todavía hay muchas cosas por hacer es a través de ser diligentes. Romanos 12. 11 “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;” Las personas que están acostumbradas hacer las cosas a tiempo, se exigen para lograr lo que quieren. 

3. Saliendo del acomodamiento o zona de confort. Isaías 43. 2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará.” Dios permite que tengamos momentos de dificultad para obligarnos a desacomodarnos. 

El Acomodamiento nos lleva a la mediocridad, el acomodamiento hace que siempre vivamos de las excusas para no avanzar. 

4. Obligándonos hacer más de lo que nos toca. Lucas 17. 10 “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.” Las personas de éxito son aquellas que siempre hacen más de lo que se les ordena o de lo que creen que deben hacer. 

Las personas triunfadoras no compiten con los demás, compiten con ellas mismo, las personas de éxito siempre creen que algo todavía falta por hacer. 

El secreto para lograr nuestras metas y propósitos es siempre creer que todavía hay algo por hacer, que no todo está terminado, las personas sabias siempre creen que algo nuevo todavía hay por aprender, las personas fracasadas son aquellas que creen que todo lo saben y que todo lo han conseguido.

Dios les bendiga abundantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario