CADA
DÍA CON DIOS
Derribando
Muros.
Muchas veces en la vida nos encontramos entre la espada y la pared. No sabemos que hacer parece que nada nos sale bien para donde quiera que miramos no encontramos salida.
Cuando
todo parecía estar listo, cuando pensábamos que ya lo habíamos logrado se nos
presenta una dificultad y nos hace muchas veces pensar en regresar por dónde
venimos.
En
esta situación se encontraba el pueblo de Israel cuando ya toda parecía estar
listo para entrar a la tierra prometida se encuentran con un muro impenetrable.
Josué 6. 1 “Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de
Israel; nadie entraba ni salía”
Qué
hacer cuando las cosas no parecen salir bien. Cuando nos encontramos con un
muro.
1.
Aferrarnos a las promesas de Dios. Josué 6. 2 “Mas Jehová dijo a Josué: Mira,
yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.” Dios
no le dijo que le iba a entregar, él le dijo te he entregado. Dios ya nos ha
dado la bendición depende de nosotros si la tomamos o no.
2.
Preparándonos para luchar aunque muchas veces no entandamos como. Josué 6. 3
“Rodearéis, pues, la ciudad todos los hombres de guerra, yendo alrededor de la
ciudad una vez; y esto haréis durante seis días.” Los hombres de guerra deberían
estar listos. Dios nos ayuda pero nosotros tenemos que actuar.
3.
Teniendo paciencia. Josué 6. 4 “Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas
de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día daréis siete vueltas a
la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas.” Muchas veces lo que más nos
cuesta es tener que esperar.
4.
Creyendo en lo sobrenatural. Josué 6. 5 “Y cuando toquen prolongadamente el
cuerno de carnero, así que oigáis el sonido de la bocina, todo el pueblo
gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo,
cada uno derecho hacia adelante.” Para unos hombres de guerra acostumbrados a
pelear con sus armas y en sus fuerzas era muy difícil entender lo que se les
pedía pero tenían que obedecer.
5.
Estando listos para la batalla y tomando precauciones. Josué 6. 9 “Y los
hombres armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las bocinas, y la
retaguardia iba tras el arca, mientras las bocinas sonaban continuamente.”
6.
Absteniéndonos de hacer nuestra voluntad. Para esto se necesita ser muy
obedientes a Dios y a nuestras autoridades. Josué 6. 10 “Y Josué mandó al
pueblo, diciendo: Vosotros no gritaréis, ni se oirá vuestra voz, ni saldrá
palabra de vuestra boca, hasta el día que yo os diga: Gritad; entonces
gritaréis.”
7.
Persistiendo sin desmayar. Josué 6. 15
“Al séptimo día se levantaron al despuntar el alba, y dieron vuelta a la ciudad
de la misma manera siete veces; solamente este día dieron vuelta alrededor de
ella siete veces.”
8.
Actuando. Josué 7. 10 “Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras
así sobre tu rostro?”
9.
Dejando de Lamentarse. Josué 7. 7 “Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por qué
hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los
amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado
del Jordán!”
Destruir
murallas que se nos presentan en la vida muchas veces resulta fácil. Destruir
las murallas que tenemos dentro de nosotros es lo que muchas veces resulta
imposible.
Que
murallas tenemos que destruir en nosotros.
1.
El egoísmo: Juan 15.12 “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros,
como yo os he amado.” El amor es lo único que nos impide caer en el egoísmo.
2.
El orgullo. Colosenses 3. 12 “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos
y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de
mansedumbre, de paciencia”
3.
El Temor. Filipenses 4. 13 “Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece.”
4.
La Pereza. Proverbios 13. 4 “La ley del sabio es manantial de vida Para
apartarse de los lazos de la muerte.”
5.
El Desánimo. Deuteronomio 31. 6 “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni
tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te
dejará, ni te desamparará.”
No
hay peor enemigo que uno mismo nunca dejemos que nuestros temores se conviertan
en murallas que nos impidan avanzar, no somos
obra de la casualidad somos el tesoro más precioso para Dios. Esforcémonos y seamos
valientes. Con la ayuda de Jesucristo saldremos más que victoriosos.
Dios
les bendiga abundantemente.
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