CADA
DÍA CON DIOS
¿Hemos
tratado de escuchar a Dios?
Por
ejemplo, después de la muerte de Moisés DIOS se dirigió al joven Josué y le
encomendó la tarea de guiar al pueblo de Israel a tomar posesión de la tierra
prometida. Con este fin le dio instrucciones, y Josué escuchó atentamente. Así
le dijo Dios: “Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de
hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de
ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas
que emprendas.” (Josué 1.7)
Hay ocasiones en las que DIOS tiene que lidiar con corazones rebeldes, como fue
el caso de Saulo de Tarso, fariseo y perseguidor de cristianos.
El
Señor llamó la atención de Saulo en el camino a Damasco tirándole a tierra y
dejándole temporalmente ciego.
"Más
yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le
rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le
decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le
dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el
aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el
Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.
Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la
voz, más sin ver a nadie. Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los
ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco,
donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió."
(Hechos 9. 3 – 9)
Claro
que esta es una situación única en
Ciertamente tenemos que entender que DIOS está muy interesado en hablarnos. Es
nuestra responsabilidad tratar de escucharlo.
Alguien
dijo que hay dos maneras en que DIOS nos habla, con un susurro o con un grito.
Con seguridad ninguno de nosotros escogería el “grito” como la manera en que
DIOS nos hable, pero a veces nuestra insensibilidad a su voz obliga al Señor a
usar métodos que demandan nuestra total atención.
Principalmente DIOS nos habla por medio de su Palabra, y a través de ella nos
comunica su voluntad. El Espíritu Santo entonces la usa para hablar a nuestros
corazones. DIOS también usa a otras personas para bendecirnos y dirigirnos.
Y
aún en nuestras decepciones, DIOS nos comunica que nuestros aparentes fracasos
de hoy pueden hacernos triunfar mañana.
Así
declaró el apóstol Pablo en su carta a los Romanos: “Y sabemos que a los
que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme
a su propósito son llamados.” (Romanos 8.28)
Como hijos de DIOS, vivamos con la seguridad de que en cada situación el Señor,
por medio de su Santo Espíritu, nos hablará para guiarnos (Juan 16.13), para
consolarnos (Juan 14.16), para protegernos (Génesis 19.17-26), o para expresarnos
su infinito amor (1 de Juan 3.1-2).
No
permitamos que las voces del mundo nos impidan escuchar la voz del Señor.
Busquemos
su rostro diariamente por medio de la oración y la lectura de su Palabra.
Pidamos
a DIOS que nos de un oído fino para escuchar su voz y discernimiento espiritual
para entender y aceptar su verdad, sabiendo que este es el primer paso para
llegar a ser un instrumento en los planes que él tiene para nuestra vida.
Dios
les bendiga abundantemente.
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