UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LA
PRUDENCIA DE PLANEAR PARA EL FUTURO
“Los
pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que
se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.” (Proverbios 21.5)
Alguien
ha dicho “Aquel que fracasa en planear en realidad planea en fracasar”. Es
cierto que nuestros planes van a quedar en la nada si no son aprobados por DIOS.
Por eso, es imprescindible que busquemos la voluntad de DIOS en planear. Es
nuestro deber planear.
El que se sienta, sin hacer nada, diciendo, “voy a ver
qué pasa” no va a llegar muy lejos.
Salomón,
el hombre más sabio, aconsejó que debemos planear. Él dice que el planear debe
tener prioridad sobre las comodidades. “Prepara tus labores fuera, y disponlas
en tus campos, y después edificarás tu casa”. (Proverbios 24.27).
Y
cuando llega el tiempo de edificar la casa, también debemos planear. “Con
sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; Y con ciencia se
llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable”. (Proverbios 24.3 - 4)
El
llama nuestra atención a la hormiga que hace su preparación para el invierno.
“Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; La cual no
teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y
recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento”. (Proverbios 6.6 - 8)
El
hombre piadoso busca la dirección de DIOS para que lo que hace sea agradable a
DIOS y benéfico para los demás.
“Muchos
pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová
permanecerá”. (Proverbios 19.21)
Aun
los malvados saben planear. “¿No yerran los que piensan el mal? Misericordia y
verdad alcanzarán los que piensan el bien”. (Proverbios 14.22)
“No
tengas envidia de los hombres malos, ni desees estar con ellos; Porque su
corazón piensa en robar, e iniquidad hablan sus labios”. (Proverbios 24.1 - 2)
El
ladrón sale a robar con un plan en su mente. Los que conspiraron la destrucción
de las torres gemelas en la ciudad de Nueva York planearon lo que iban a hacer.
Sí, a través de planear, es posible planear obras que producen daño y dolencia,
también es posible planear obras que resultarán de gran ganancia a los demás.
El
de planear bien exige conocimiento y sabiduría. Nos conviene tener un buen
conocimiento de la historia. Puede ser que otros ya intentaron hacer lo que
estamos pensando en hacer y fracasaron por varios razones. Nos conviene evaluar
nuestros recursos antes de intentar algo.
En Lucas 14.28 - 30 Jesús
habló de la imprudencia de intentar lo que no somos capaces de hacer “Porque
¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y
calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que
después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean
comiencen a hacer burla de él, diciendo, Este hombre comenzó a edificar, y no
pudo acabar”.
Por
supuesto debemos buscar la dirección de DIOS. Si Él nos guía en hacer algo será
posible llevarlo a cabo aunque al principio nos faltaba mucho de lo que era
necesario.
En
pensar en el futuro hay metas que debemos tener a largo plazo y otras a corto
plazo. Hay algunos que llegan hasta 10, 15 y 20 años más adelante. A su vez,
debemos pensar en lo que vamos a hacer mañana.
El
indolente no piensa en el mañana. Si no tenemos nada planeado de lo que vamos a
hacer mañana es muy dudoso que vayamos a hacer algo fructífero.
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