LECTURA DIARIA:
Salmo 146
Es un lindo himno que también es didáctico. El salmista se llama a sí mismo a alabar a Dios; toma una decisión consciente y definida.
Mientras que viva, todo el tiempo que viva; no vale esperar hasta que la muerte se acerque. Ahora, cuando tenemos vida, hemos de adorar.
El salmista adora cantando salmos a Dios.
La Biblia enseña por medio de contraste. La alternativa de confiar en Dios es confiar en el hombre. Pero si uno confía en el hombre, consigue lo que el hombre puede producir; sin embargo, si confía en Dios consigue lo que Dios puede hacer.
La verdadera liberación del mal, del pecado, de la corrupción, de la depresión, del camino equivocado viene solamente de Dios en Cristo.
El salmista nos llama a los valores verdaderos. Otra razón de no confiar en el hombre es la realidad de la muerte.
¡Qué dichoso es el que tiene como Dios el Dios de Jacob! Cuando dice Jacob se refiere al pueblo de Israel. Pero señala también la misericordia que tuvo Dios con el hombre Jacob. Lo tomó de ser un hombre engañoso y temeroso y lo transformó en un hombre de fe y padre de su pueblo escogido. Si Dios lo pudo hacer con Jacob, también lo puede hacer con cada uno de nosotros.
El Salmo termina con la nota triunfal de que Dios reina para siempre; por eso se puede confiar en él.
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