LECTURA DIARIA:
Proverbios 7
Versículos 1 - 5. Debemos atesorar los mandamientos de Dios en forma segura. La frase no sólo se trata de solo obedecerlos: Obedécelos y vivirás, sino de: Obedécelos como quien no puede vivir sin ellos. Los que objetan el caminar cuidadoso y estricto como innecesario y demasiado preciso, no toman en cuenta que la ley debe obedecerse como a la niña del ojo porque, indudablemente, la ley en el corazón es el ojo del alma.
Que la palabra de Dios habite en nosotros y que, así, esté escrita donde siempre estará a la mano para ser leída. Así seremos resguardados de los efectos fatales de nuestras propias pasiones y de las trampas de satanás. Que la palabra de Dios confirme nuestro horror del pecado y las resoluciones en su contra.
Los versículos 6 – 27 nos muestran un ejemplo del peligro de las lujurias juveniles. Es una historia o una parábola sumamente instructiva. Entonces, tal persona sería como el hombre que danza al borde de una roca alta cuando acaba de ver que otro se despeña desde el mismo lugar.
El mal de los pecadores que se destruyen a sí mismos empieza por descuidar los mandamientos de Dios.
Debemos orar diariamente que seamos resguardados de correr a la tentación, porque de lo contrario invitamos a los enemigos de nuestras almas a que nos pongan trampas. Debemos evitar siempre la proximidad de los vicios. Cuidado con los pecados que se dice son pecados agradables. Son los más peligrosos, porque son los que más fácilmente se ganan el corazón y lo cierran al arrepentimiento.
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