UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
AYUDA AL POBRE NO LO DESPRECIES“Todos los hermanos del pobre le aborrecen; ¡Cuánto más sus amigos se alejarán de él! Buscará la palabra, y no la hallará”. (Proverbios 19.7).
Esto es algo muy cierto. Cuántas veces hemos visto u oído de familias donde algunos de sus hijos han prosperado, y en vez de acercarse y ayudar a sus hermanos que están en la pobreza, se alejan de ellos y no los quieren ver.
Es muy lamentable pero es así.
Por lo general la gente no quiere tener nada que ver con la persona pobre.
A los pobres no les va muy bien en este mundo, digamos de paso.
Estamos familiarizados con las promesas electorales dirigidas hacia los sectores menos favorecidos de la sociedad.
Se prometen subvenciones, rebajas de impuestos, mejor asistencia social y mejor cobertura para todas las necesidades sanitaria. Muchas veces estas promesas son hechas de buena fe, por personas sinceramente bien intencionadas que tienen una motivación sincera para mejorar las condiciones sociales de todos los ciudadanos. Pero el problema es que, luego, en el ejercicio del poder intervienen otros factores condicionantes y complicaciones que superan a las personas, y nadie es realmente capaz de resolver los complejos problemas del mundo actual.
Necesitamos a personas implicadas en la actividad política que nos hagan regresar a DIOS.
Personas que reconozcan que no tienen la respuesta y que la única opción que queda es recurrir a DIOS, estar dispuestos a establecer una relación con El, a servirle, y a clamar en oración, reconociendo que han tratado por todos los medios de resolver los problemas humanos y que la única salida es reconocer la suficiencia y el poder de DIOS para intervenir en la historia y detener el deterioro creciente de la situación.
Y creemos que sería mucho mejor el escucharlo a Él, que escuchar todos los tópicos y utopías que se oyen, pronunciadas ya, y todo hay que decirlo, con poca convicción.
El Señor Jesús mismo lo dijo: “Siempre habrá pobres entre ustedes”… (Mateo 26.11) citando a Deuteronomio 15.11 en el A. T. “En este mundo siempre habrá gente pobre. Por eso les ordeno que sean generosos con la gente pobre y necesitada del país”
.DIOS mandó a los israelitas que ayudaran a los pobres que había entre ellos cuando llegaran a la tierra prometida. Esta era una parte importante de la toma de posesión de la tierra.
Muchas personas han llegado a la conclusión de que la gente es pobre por su propia culpa. Esta clase de razonamiento hace que fácilmente cerremos nuestros corazones y manos hacia ellos. Pero no debemos inventar razones para no ayudar al pobre.
Debemos responder a sus necesidades sin importar qué o quién fue responsable de su condición.
En un mundo imperfecto siempre habrá personas necesitadas. Por esta razón debe existir, sobre todo en la vida del pueblo de DIOS un espíritu de generosidad y de liberalidad, el deseo de ayudar a las personas necesitadas.
Dios les bendiga abundantemente.
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