Leyendo... Salmo 147

LECTURA DIARIA:
Salmo 147

Dios se deleita en la alabanza de su pueblo porque en ella se cumple la comunión con él; también la alabanza es “buena” y agradable a los adoradores. El salmista quiere destacar lo bello que es alabar a Dios con su pueblo. 

Dios nos hizo para tener comunión con él.
Si este himno fue escrito en tiempo de Esdras y Nehemías podemos entender la alabanza de los judíos por la restauración de su pueblo y de Jerusalén. El versículo también tiene significado figurativo para la iglesia. Es Dios quien une a los cristianos y edifica su iglesia.
Cuando Dios obra en la iglesia, haciéndola crecer, lo hace sanando vidas.
A través del Salmo se destacan la misericordia, el poder y la santidad de Dios. Dios ayuda a los humildes es un tema prominente en toda la Biblia. Dios resiste a los soberbios, los “tira abajo”, pero levanta a los que se humillan delante de él.
El salmista prorrumpe en alabanza por todo lo que Dios ha hecho y todas sus provisiones, que menciona.
El salmista explica que Dios está activo en todo momento en lo que sucede. Es por el amor de Dios que la tierra produce alimento.
Dios aún se da cuenta de los gritos de las crías de los cuervos, y contesta; cuánto más escuchará al clamor de sus hijos.
Lo que se destaca es que Dios protege a su pueblo e incluye con su protección bendiciones materiales, crecimiento, paz y abundantes alimentos.
El salmista sigue alabando a Dios por lo que hace; Dios manda y se cumple su mandato inmediatamente. Dios está activo aun en la nevada y la provisión de agua en los ciclos de la naturaleza. El que hace que las colinas produzcan hierba.
Otras naciones reciben igual la revelación de Dios a través de sus provisiones de lluvia y alimento; pero sólo confió sus palabras a Israel. No hay otra revelación semejante. Dios escogió un pueblo para ser su instrumento en proveer para todos Su salvación y sus instrucciones sobre la vida. El salmista no está despreciando a las otras naciones; está alabando a Dios por este gran privilegio.