LECTURA
DIARIA:
Proverbios
4
El
padre que aconseja cita el consejo de su propio padre. Aconsejar es un legado
que debe ser perpetuado. Lo que sigue es exhortación a buscar la sabiduría.
Una
de las más grandes responsabilidades de los padres es la de alentar a sus hijos
a ser sabios. La sabiduría puede transmitirse de padres a hijos, de generación
en generación. Finalmente, por supuesto, toda sabiduría procede de Dios. Los
padres solo pueden exhortar a sus hijos para que se vuelvan a Él.
Si
queremos sabiduría, debemos ir en pos de ella.
Una
vez comenzado el camino, no importa cuán difícil se torne, se necesita
determinación para no abandonar la búsqueda. Este no es un paso que se da una
sola vez en la vida, sino un proceso diario de elección entre dos caminos: el
del mal y el del bien. Nada es más importante o de mayor valor que esto.
Para
esto hay una serie de advertencias al hijo.
Incluso
los amigos pueden hacerle caer. Para muchos les resulta difícil aceptar que los
amigos y conocidos quizás los tienten a hacer algo malo. Los jóvenes desean
aceptación, por lo tanto, no quieren confrontar ni criticar a un amigo por
planes o acciones erróneas. Muchos otros incluso no quieren ver cómo las
acciones de sus amigos los meten en problemas. Si bien debemos aceptar a otros,
necesitamos un saludable escepticismo acerca de la conducta humana.
Debemos
valorar y protege la mente, las emociones y voluntad.
Respetar
y apreciar a Dios por lo que Él es. Reverenciar y temer al Dios.
Confiar
en Dios y su Palabra. Permitir que su Palabra nos hable personalmente. Estar
dispuestos a obedecerlo. Actuar en la dirección de Dios en la entrega diaria.
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