UN MOMENTO CON DIOS
Mantenerse fiel a la Palabra
de Dios.
“… retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen.” (Tito 1.9)
El pasaje de hoy (Tito 1. 5 –
9), describe el requerimiento de Dios para los ancianos y pastores en la
Iglesia. Cada creyente, sin embargo, debe aspirar los mismos atributos, porque
ejemplifican la madurez espiritual que Cristo desea para cada uno de nosotros.
Aunque todo lo que se menciona es digno de alabanza, el último
punto, “retener la palabra fiel”, es el fundamento para todo lo demás
(Tito 1. 9)
Mantenerse fiel
significa “adherirse, aferrarse o ser devoto”. La frase implica no solo
creer que la Palabra de Dios es verdadera, sino también hacer lo que dice,
aplicando las verdades bíblicas a cada aspecto de la vida. Pedro describió tal
devoción de esta manera: “Desead, como niños recién nacidos, la leche
espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” (1 Pedro
2. 2)
Una alimentación constante de
la Palabra de Dios es indispensable para nuestro crecimiento espiritual y para
ayudarnos a distinguir entre la verdad y la mentira. La Biblia es
llamada “la palabra fiel” porque es confiable y verdadera. La Biblia es
el medio por el cual podemos “exhortar con sana enseñanza y convencer a
los que contradicen” (Tito 1. 9)
Si no estamos fundamentados en
las Sagradas Escrituras, aceptaremos creencias que nos llevarán por el mal
camino. Pero cuando la verdad bíblica haya saturado nuestra mente y nuestro
corazón, sentiremos en nuestro espíritu una señal de alerta cada vez que nos
topemos con una mentira de satanás.
La Palabra de Dios es la
brújula de nuestra vida, no algo que leemos solo de vez en cuando.
Es alimento para nuestro crecimiento
espiritual, una guía para la vida, protección contra el pecado, y un medio para
conocer mejor a Dios.
Dios les bendiga abundantemente.
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