UN MOMENTO CON DIOS
Barreras imaginarias.
“Diré yo al Señor: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré”. (Salmo 91.2)
En una pecera costeña, una
barracuda intentaba insistentemente atacar una caballa, pero se lo impedía un
vidrio de separación. Después de batir muchas veces su nariz contra esta
barrera, acabó desistiendo de sus nuevas tentativas. Más tarde, la división
había sido retirada pero la barracuda nadaba solo hasta el punto donde había
estado dicha barrera, parando inmediatamente. ¡Pensaba qué aún estaba allí!
Muchas personas son como aquel
pez la barracuda. Siguen intentando hasta encontrar una barrera imaginaria,
colocada allí por una actitud o limitación impuesta a sí mismas, y paran.
Reflexionemos: ¿Qué tipo de
barreras hemos colocado en frente nuestro, limitando sueños y propósitos? ¿Qué
actitudes nuestras o de otras personas, han impedido que recibamos las
bendiciones celestiales? ¿Por qué hemos permitido que líneas divisorias
imaginarias se levanten en nuestro camino, haciendo que el que “somos más que
vencedores” no sea real en nuestras vidas?
Muchas veces chocamos con
grandes barreras levantadas en frente nuestro: ingratitud, celos, envidia,
indiferencia, odio, o cualquiera otra cosa que tenga por objetivo impedir que seamos
bendecidos por Dios.
¿Qué debemos hacer? ¿Seguir
hasta allí y parar? ¿Regresar? ¿Desistir?
¡Claro qué
no! Necesitamos tener fe, confiar plenamente en nuestro Señor,
agarrarnos de Sus manos y seguir adelante.
“Antes, en todas estas
cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” Romanos 8.
37.
Es por ello que no hay ninguna
situación que nos pueda vencer. Al contrario, ÉL nos ha dado la victoria. Como
hijos de Dios debemos apropiarnos de esa victoria que Cristo nos ha dado y
vivir cada día para ÉL y con nuestra manera de vivir demostrar que hemos hecho
nuestra esa victoria.
No importa cuán grande sea el
mar que esté frente a nosotros, no importa que muralla se levante delante de
nosotros, no importa en qué tempestad o desierto nos encontremos, tenemos que
saber que somos más que vencedores en Cristo.
Dios les bendiga
abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario