UN MOMENTO CON DIOS
Visto por Dios.
“«Tú eres el DIOS que me ve», porque dijo: «¿Acaso no he visto aquí al que me ve?»” (Génesis 16. 13)
Para aquellos que tenemos
problemas en la vista, nuestro primer par de anteojos, abre nuestros ojos a un mundo
nuevo.
Quedamos maravillados al ver
con claridad palabras en las pizarras, hojas pequeñas en los árboles y, quizá
lo más importante, sonrisas amplias en los rostros.
Cuando vemos que al saludar a
alguien nos responde con una sonrisa, descubrimos que ser visto es un regalo
tan grande como la bendición de poder ver.
La sierva Agar entendió esto
cuando huyó del maltrato de su ama Sarai. Agar era una «nadie» en su
cultura. Sola y embarazada, huyó al desierto, sin ayuda ni esperanza. Sin
embargo, Dios la vio, y como resultado, ella pudo verlo a ÉL. El Señor ya no
era un concepto turbio, sino un ser real; tan real que ella lo llamó El Roi:
«Tú eres DIOS que ve». Y agregó: «¿No he visto también aquí al que me
ve?» (Génesis 16. 13)
Nuestro «Dios que
ve» nos ve también a cada uno de nosotros. ¿Nos sentimos invisibles, sólo
o que no somos nadie?
El Señor nos ve y nuestro
futuro también.
Entonces, nosotros vemos en ÉL
nuestra esperanza, aliento y gozo constantes, tanto para hoy como para el
futuro.
Alabémoslo por este don de la
vista asombrosa; por poder ver al único Dios
verdadero y viviente.
Dios les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario