miércoles, 11 de enero de 2023

Un momento... Dios tiene el control


UN MOMENTO CON DIOS

Dios tiene el control.

 

 “Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. A los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” (Romanos 8. 28, 29)

Nada de lo que sucede está más allá del control de Dios. En última instancia, todo lo que llega a nuestra vida es enviado por nuestro Padre Celestial o permitido por Él, y lo que no, es impedido de acuerdo con Su voluntad. Pero a veces nos podemos llegar a sentir tan atrapados por las circunstancias, que olvidamos la Omnipotencia de Dios.

Para ilustrar esta idea, pensemos en un niño que debe tomar un antibiótico que tiene un sabor desagradable. En un ataque de frustración, retira con un golpe el frasco en la mano de su madre, a pesar de que el envase es solo un “agente secundario”. Mamá es quien suministra la medicina, pero como no puede darle un golpe a ella, dirige su irritación al envase.

Cuando “golpeamos al frasco”, descargamos la ira y el resentimiento que tenemos contra el vaso que el Señor está usando, en vez de aceptar que Su voluntad está en acción.

Dios nos asegura que Él está manejando los detalles de nuestra vida de una manera que, al final, nos beneficiará; pero no podemos dar por sentado que eso significa que todo resultará de nuestro agrado.

A veces, es más fácil descargar nuestra ira contra un agente terrenal, que ser sinceros con nuestro Padre Celestial en cuanto a la frustración que sentimos por nuestras circunstancias.

Pero al Señor le agrada la honestidad. Tanto Jesús como el apóstol Pablo clamaron en su angustia: “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: «Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” (Mateo 26. 39); “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltara, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor que lo quite de mí. Y me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” (2 Corintios 12. 7 - 9)

Si reconocemos que Dios tiene el control, y que Él guía nuestro futuro para bien, entonces no nos mantendremos desanimados por mucho tiempo.

Dios les bendiga abundantemente.

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