sábado, 21 de enero de 2023

Un momento... El peligro de un corazón hostil

 


UN MOMENTO CON DIOS

El peligro de un corazón hostil.

 

“El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio sabe dominarla.” (Proverbios 29.11)

 

Un experto en estrés, declaró en una conferencia médica que una personalidad hostil puede morir, la mayoría de las veces por enfermedades del corazón, pero también por lesiones y accidentes.

La ira aumenta el nivel de adrenalina, lo cual acelera los latidos del corazón, eleva la presión sanguínea, y afecta las arterias coronarias.

La ira también lleva a las personas a actuar de forma irracional, lo cual no harían en un estado de calma y sosiego. La hostilidad y agresividad no solamente son obstáculos para una vida de paz y felicidad, sino que son elementos que pueden acortar la vida.

Algunas señales de un corazón hostil son la impaciencia ante los retrasos, reacciones agresivas en el tránsito (ya sea con los que manejan muy lento o con los que manejan muy rápido), fastidio o falta de tolerancia por los hábitos de familiares y amigos, la falta de confianza a los compañeros de trabajo, o una persistente necesidad de decir la última palabra en las discusiones, o lo que es aún peor, deseo de vengarnos cuando alguien nos ofende o nos hace daño.

La importancia del cuidado del corazón va mucho más allá de las consecuencias físicas.

En Lucas 6. 45, Jesús se refiere al aspecto espiritual cuando dice: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.”

¡Cuán importante es el estado de nuestro corazón! De su contenido dependen nuestras acciones, las palabras que salen por nuestras bocas, nuestra felicidad o nuestra desgracia y la de los que nos rodean, y hasta nuestra vida. Si tienes un corazón hostil, es necesario cambiarlo.

Ahora bien, sólo Dios puede cambiar un corazón. En Ezequiel 36. 26, Dios habla a Su pueblo a través del profeta, y les dice: “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.” 

La transformación de un corazón hostil comienza cuando escuchamos a Dios, meditamos en Su Palabra, y permitimos que el Espíritu Santo haga Su obra de transformación interior alterando nuestra conducta y nuestra manera de hablar y de actuar.

Dios les bendiga abundantemente.

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