Leyendo... 1 de Samuel capítulo 22

LECTURA DIARIA:
1 de Samuel capítulo 22

Yéndose luego David de Gad, tierra de los filisteos. Huyó a la cueva de Adulam, la cueva estaba a 32 Km al sudoeste de Jerusalén y a 16 Km de Gad.
Allí lo visitaron sus hermanos y se juntaron con él afligidos, endeudados y amargados de espíritu que se unieron a David, ya que él mismo era un ellos. Estas personas eran ex patriados y solo podían mejorar su suerte al ayudar a David a convertirse en rey. 
Y se fue David de allí a Mizpa de Moab. La bisabuela de David, Rut, era moabita, quizás por eso encontró refugio ahí aun cuando los moabitas no se llevaban con los israelitas.
David estaba preocupado por sus padres y pidió protección para ellos al rey de Moab.
David sabía que su futuro no estaba en manos de Saúl, sino en Dios.
Saúl de alguna forma supo que alguien tenía información de David. Todos sabían de lo que era capaz Saúl, así que tuvieron temor, cuando Saúl con la lanza en mano los llamó traidores por no descubrirle la alianza entre Jonathan y David.
Estaba ahí Doeg, el edomita, que había presenciado el auxilio que Ahimelec le brindo a David, quien contó a Saúl lo que vió.
Saúl mando traer a los sacerdotes de Nob, Saúl había llegado a la conclusión de que era un complot.
Ahimelec le da muy buenas razones para que viera que no eran verdad sus sospechas. Ahimelec hace alusión a lo que le había dicho David.
David le había dicho que iba en un asunto privado del rey.

Pero Saúl ordena la ejecución de los sacerdotes y sus familias. Saúl estaba cegado y no quiso ver la realidad. Sabía que estaba acabando con servidores del Dios viviente. Aun los sirvientes temían más a Dios que a Saúl y no quisieron cumplir la orden de ejecución.
Como ningún israelita quiso obedecer, Doeg, el edomita, fue el encargado de la matanza. 
Un hijo de Ahimelec logro huir. Abiatar fue el encargado de darle la trágica noticia a David de lo que había sucedido con los sacerdotes. El pesar fue muy grande para David al saber que el había sido el causante de esa desgracia.
David prometió entonces de cuidar de Abiatar y darle protección.