martes, 29 de marzo de 2022

Un momento... Unidos a Cristo

 


UN MOMENTO CON DIOS

Unidos a Cristo

 

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.  Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.  Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.  Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí”. (Juan 15. 1 – 4)

 

Juan 15 puede considerarse como una parábola donde Juan utiliza tres aspectos naturales para ilustrar las relaciones y enseñanzas espirituales. 

Es la parábola de la vid, donde se refiere a una planta de uvas.  El labrador o dueño de la viña es nuestro DIOS,  la vid  que es la planta o el árbol representa a Jesucristo, y los pámpanos que son las ramitas de donde se desprende el fruto que son las uvas por estar conectado al árbol o planta mayor, somos nosotros.

Veamos las relaciones naturales o lógicas  que se dan en esta parábola.  DIOS como el dueño de la viña es soberano y sabio;  muy cuidadoso  y visionario.   Cuando ve que una planta no da fruto la corta para sembrar otra, el principio de existencia productiva, sustitución necesaria.  

Cuando no se da fruto, lo cual es el propósito de la existencia, DIOS que es soberano y busca resultados,  mueve, quita o sustituye al que no da fruto para colocar a uno que si dará fruto.

Lo indispensable para dar fruto es la dependencia o conexión entre el pámpano y la vid. No puede dar fruto el pámpano  o la ramita pequeña que se refiere al cristiano si no está conectada con el árbol mayor que es Cristo.  He aquí la importancia de vivir siempre en total dependencia de Cristo por medio de la oración, la lectura de la Palabra, la participación en el ministerio, la asistencia regular a la iglesia.

El fruto, más frutos, y mucho frutos no es lo más importante en la perspectiva productiva espiritual, sino en que el fruto que damos permanezca.   Lo que alegra a DIOS, lo que glorifica y exalta a DIOS es que seamos productivos, que demos frutos, pero que el fruto sea permanente, estable, fiel, y consistente.   

De manera que cuando estamos en buena relación con DIOS, estamos unidos en Cristo, consecuentemente, de manera natural, siempre estaremos dando fruto de fidelidad, ejemplo, contentamiento, compartimiento, gratitud, generosidad, entrega, abundancia.

Ahora miremos bien:   ¿Cuál es el papel de DIOS en este pasaje?  ¿Cuál es la función principal de Jesucristo en esta parábola? ¿Cuál es la tarea más importante de cada cristiano según esta enseñanza? 

DIOS es soberano, y como dueño, vigila, provee, depura, cuida, y espera fruto.   Cristo como la vid verdadera, da vida, sabia, salud, da todo lo que un cristiano necesita para una relación fresca, diaria, bendecida, y productiva.   Cada cristiano ha de esforzarse por permanecer ligados, unidos a Cristo, en buena relación, para dar fruto.

En base a esto, ¿Cómo está nuestra relación con Cristo?  ¿Somos personas fructíferas de tal modo que DIOS se siente alagado y glorificado con nosotros? 

No olvidemos, árbol que no da fruto, DIOS se reserva el derecho y la libertad soberana para podar, quitar, remover, sustituir, y/o hasta cortar.

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

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