miércoles, 16 de marzo de 2022

Un momento... La alegría que da Dios

 


UN MOMENTO CON DIOS

La alegría que da Dios

 “Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado.(Salmo 33. 21)


Dios es especialista para cambiar situaciones y circunstancias difíciles. Lo que parece imposible lo transforma en posible por Su gran poder. Él es muy poderoso también para transformar un corazón triste y abatido en otro alegre y victorioso. Así como de la abundancia del corazón habla la boca podemos decir también que según lo que llene mi corazón “hablará” el rostro. La tristeza es bien difícil de ocultar pues ella siempre se denota en las facciones del rostro.

En la vida existen muchas circunstancias o acontecimientos los cuales originan en nosotros tristeza y angustias, pero gracias a Dios que en Cristo podemos alegrar nuestro corazón.

“La raíz de la fe produce la flor del gozo del corazón. Tal vez al principio no nos regocijemos, pero llega a su debido tiempo. Confiamos en el Señor cuando estamos tristes, y en su debido momento, Él responde de tal manera a nuestra confianza que nuestra fe se logra cumplidamente y nosotros nos regocijamos en el Señor. La duda engendra zozobra, pero la confianza significa gozo a la larga.
La seguridad expresada por el Salmista en este versículo, es realmente una promesa entregada en las manos de la confianza. Oh que recibamos gracia para apropiarnos de ella. No obstante que no nos regocijemos en este momento, lo haremos, tan ciertamente como que el Dios de David es nuestro Dios.

Debemos meditar en el santo nombre del Señor, para que podamos confiar más en Él y para que podamos regocijarnos más prestamente. Él es en carácter santo, justo, verdadero, misericordioso, fiel e inmutable. ¿Acaso no hemos de confiar en un Dios así?” C.H. Spurgeon

La confianza en Dios alegra el corazón. Cuando nuestra confianza la ponemos en la gente o las circunstancias podemos llenarnos de tristezas y angustias, pero si ponemos primero y principalmente nuestra confianza en Dios ellas no nos van a afectar. La confianza en Dios es sanadora pues alegra el corazón y hermosea el rostro.
Únicamente en la presencia de Dios existe verdadera y permanente alegría. Entreguemos nuestras cargas, preocupaciones y todo lo que nos entristece al Señor, recibamos por fe ese gozo y alegría que viene de la presencia del Señor, que ha venido a ponernos un manto de alegría en lugar de espíritu angustiado.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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