martes, 15 de marzo de 2022

Un momento... La Palabra de Dios que da vida

 


UN MOMENTO CON DIOS

La Palabra de Dios que da vida

 

 “Porque con tus promesas me das vida” (Salmo 119. 50)

La Biblia es mucho más que un libro ¡Es la palabra viviente de Dios! ¿Qué significa eso? Que la sola lectura de ella renueva y bendice el alma, el cuerpo y el espíritu.
Nuestra ignorancia espiritual nos ha hecho pensar que la Palabra de Dios es sólo para las cosas “religiosas”, pero ineficaces para las otras áreas de la vida cotidiana. Por cierto, que el principal problema del ser humano es espiritual y hasta que eso no sea solucionado (por recibir a Cristo como su Salvador personal), las otras áreas de la vida no pueden ser sanadas o restauradas. El pasaje de hoy dice que los dichos o la palabra del Señor dan vida o dan nuevo vigor.

En medio de nuestro cansancio en este momento, podemos ser vivificados por la palabra viviente del Señor; en medio de nuestros achaques, dolores o enfermedades, la palabra viviente puede sanarnos completamente. La Biblia no es un libro mágico o un talismán para ponerlo como adorno en la casa o para adorarlo. La Biblia no es sólo el libro con sus páginas compaginadas. ¡Es la Palabra de Dios! ¡La misma palabra que Dios utilizó para crear los cielos y la tierra!

Jesús ha dicho claramente, el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasaran (Mateo 24. 35). 

Sus promesas son como un lugar de máxima seguridad en medio de las dificultades y angustias diarias de la vida. Debemos agradecer por sus preciosas y grandísimas promesas y en ellas estar confiando.

Dios da pruebas de su amor al corazón del que deposita su confianza en él, por su Palabra que es “viva y eficaz… y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4. 12).

Nosotros que tenemos la libertad de poseer una Biblia y leerla, ¿qué sería de nosotros si nos la quitaran? 

La necesitamos constantemente, pero, ¿nos esforzamos en impregnarnos de ella, escudriñarla atentamente y memorizar el máximo número de versículos, mientras todavía tenemos memoria?

La Biblia es realmente la Palabra de Dios, un tesoro que ha sido conservado por él para nosotros. Nos pone en relación con el Señor Jesús y nos da la vida, la vida eterna. Si la leemos atentamente, tiene el poder de grabarse en nuestra memoria y dar forma a nuestros pensamientos.

Debemos animarnos a experimentar el poder vivificador de la Palabra de Dios. Comencemos a leerla, a meditar en sus consejos y en un momento determinado veremos el obrar del Señor en nuestra vida. ¡No lo dudemos pues hay poder en la Palabra de Dios!

“Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos”. (Jeremías 15. 16)

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

 

 

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