lunes, 21 de marzo de 2022

Un momento... Una conciencia limpia

 


UN MOMENTO CON DIOS

Una conciencia limpia

 

El apóstol Pablo manifiesta: Y por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres.(Hechos 24. 16)

 

Cuando enfrentamos decisiones difíciles, ¿le prestamos atención a nuestra conciencia? ¿Creemos que somos sabios confiando en esa voz interior?

DIOS nos ha dado un sentido interno de lo bueno y lo malo. En realidad, reflejar la verdad del Señor en nuestro ser es una de las maneras que ÉL tiene para manifestarse a la humanidad. La conciencia es una alarma divina que nos advierte del peligro que se aproxima o de sus consecuencias. Su función principal es darnos protección y guía.

El problema, sin embargo, es que el pecado distorsiona la verdad y nos lleva por el mal camino. Por tanto, es importante entender la diferencia que hay entre obedecer lo que nos dice nuestro corazón, y permitir que una conciencia limpia nos ayude a tomar decisiones.

Lo contrario a una conciencia tranquila es una conciencia cauterizada. Esa es la conciencia amputada, la cual es incapaz de sentir. Es la conciencia apática que ha sido adormecida, la cual es ahora indiferente y relajada, como el corazón de dicho hombre. Sin embargo, esa no era la conciencia de Pablo, ni puede ser la conciencia de un hombre que camina teniendo una relación con Dios. La relación con el Dios vivo da vida a la conciencia/corazón y solo con una conciencia viva uno puede caminar con Él. 

Antes de tomar una determinación debemos preguntarnos: ¿Cómo influirá en mi moralidad? Si la opinión del mundo acerca de lo que es aceptable se ha infiltrado en nuestro corazón, entonces nuestra conciencia no es confiable. Pero si hemos dejado que la Palabra de DIOS impregne y transforme nuestra manera de pensar: “No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.” (DHH) (Romanos 12.2), lo más seguro es que esa voz interior sea confiable.

El Espíritu Santo, junto con una conciencia instruida en santidad, guía a los creyentes. Para mantener saludable ese sistema interno de dirección, debemos meditar siempre en las Escrituras. Los Diez Mandamientos son una base sólida para la moral, y somos sabios si los interiorizamos, en especial los dos que CRISTO destacó: amar a DIOS sobre todas las cosas y amar a los demás (Mateo 11. 36 - 40).

¿Qué diríamos que influye más en nuestras convicciones? ¿La verdad de la Biblia o la opinión del mundo en cuanto a lo bueno y lo malo? DIOS sabe lo que es mejor para nosotros y nos ha dado la conciencia para guiarnos a tomar decisiones sabias.

Dios les bendiga abundantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario