sábado, 5 de marzo de 2022

Un momento... El que confía en el Señor está protegido

 


UN MOMENTO CON DIOS

El que confía en el Señor estará protegido

 

"El miedo a los hombres es una trampa, pero el que confía en el Señor estará protegido." (Proverbios 29. 25)



Vivimos en un mundo muy peligroso, donde debemos estar siempre alertas. Cada día se hace más difícil confiar en la gente del vecindario, compañeros de trabajo, políticos y aún hermanos de la iglesia. Vivimos rodeados de un espíritu de desconfianza. ¿En quién realmente se puede confiar?

A todos nos gusta la seguridad. De hecho la incertidumbre es la que siempre nos trae angustias y nos quita el sueño. Cuando estamos inseguros, no sabemos cómo dar el siguiente paso. No sabemos si debemos decir sí o no. No sabemos si debemos ir o regresar.

Millones de personas actualmente viven bajo las garras del miedo, del temor. Existen tres clases de miedo o de temor: (1) Aquel que es natural y nos preserva del peligro; (2) El temor de Dios, que es bueno y nos ayuda a reverenciar al Señor y (3) El temor destructivo que nos paraliza y hace daño. Esta última clase de temor es el que no proviene de Dios y nos hace daño.
Los temores destructivos pueden ser causados por malas experiencias del pasado o circunstancias extremas. Pareciera como que la persona quedara “marcada” y afectada para siempre. Nuestra sociedad es una sociedad temerosa, y a menos que vivamos del lado de Cristo no podremos vivir libres de semejante atadura espiritual.

El versículo de hoy nos muestra las dos caras de la verdad, los dos caminos que una persona puede tomar son: a) Por un lado, dejarse llevar por sus miedos o temores y vivir enlazado o presa de esos temores. Esa persona caminará frustrada e impedida de disfrutar la vida. Por otro lado, b) Aquél que confía en el Señor, le entrega sus temores, y es protegido por Dios.
La única manera de vencer los temores es confiando en el Señor. La fe es el mejor "anti-temor" que existe, pues nos da tranquilidad, paz y seguridad para enfrentar aquellas circunstancias difíciles, y nos ayuda a ser más que victoriosos.

Debemos tener cuidado con quienes nos rodeamos y la clase de amistades o relaciones que desarrollamos, pero debemos saber también, como cristianos, que el único que nunca nos puede fallar, es el Señor.

Dice Jehová Dios: “Pero bendito el hombre que confía en mí, que pone en mí su esperanza.” (Jeremías 17. 7)

Confiar en el Señor nos hace vivir confiados aún en medio de las más severas tormentas de la vida. Temer o confiar es una decisión. ¿Ya tú has decidido de qué lado vas a vivir?

¡Vivamos sin temores por la vida porque estamos del lado de Cristo!

Dios les bendiga abundantemente.

 

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