UN
MOMENTO CON DIOS
Escoger
el camino a seguir
“Anuncia también al pueblo que yo, el Señor, digo: Les doy a escoger entre el
camino de la vida y el camino de la muerte”. (Jeremías 21. 8)
Cada día trazamos una historia nueva en nuestra vida según las determinaciones o acciones que hayamos tomado. A lo largo del día se nos presentan diferentes caminos a seguir, y cada uno de ellos tiene su recompensa, buena o mala, para bendición o perdición.
Se necesita mucha sabiduría para caminar cada día haciendo lo que Dios quiere. Por cierto, no es algo imposible caminar en la voluntad del Señor. Como cristianos a veces, sea por ignorancia o negligencia, tomamos caminos equivocados, especialmente cuando aumentan las presiones y nos vemos forzados a elegir un camino. Es como el viajero que en un punto determinado se ve frente a dos caminos y no sabe por cual seguir.
Dios
en su Palabra nos dice en el Salmo 32. 8: “Te haré entender, y te enseñaré el
camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos”.
Eso nos
confirma que el cuida nuestros pasos, que cada día nos da la sabiduría para
saber qué es lo que tenemos que hacer porque cada día El instruye nuestra vida,
va dirigiendo nuestros pasos, nos lleva de la mano para que no tropecemos. Él
es el mapa que guía nuestra vida, la brújula que nos indica cual es el camino
correcto.
Pero
también nos advierte que debemos ser sensibles y seguir Su guía: Salmo 32. 9 “No
seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,
Que
han de ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti”.
Gracias
a Dios, nosotros tenemos al Señor como nuestro Piloto principal que guía
nuestro vehículo por el sendero de la vida y la bendición. Las decisiones que
tú tomaste ayer “a las apuradas” ¿son realmente lo que Dios quería?
Generalmente las decisiones o determinaciones que tomamos en medio de muchas
presiones nos conducen al fracaso. Generalmente la desesperación nunca nos
conduce al camino de vida, al camino correcto.
Cada día podemos hacer un alto y volver a pensar en aquellas determinaciones
que hemos tomado en nuestro corazón. Orar, conversar con el Señor, buscar
siempre el rostro de Dios para que Él nos enseñe el camino conveniente a
seguir.
No
caminemos solos por la vida, pues con la guía de Cristo tenemos asegurado
siempre tomar por el camino de la vida y el de la bendición.
Con
la ayuda de Cristo podemos elegir siempre el camino de la vida.
Dios
les bendiga abundantemente.
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