UN
MOMENTO CON DIOS
Para
Dios nada es imposible
“Porque nada hay imposible para Dios” (Lucas 1. 37)
Como
estamos viendo, los acontecimientos que nos rodean nos dejan claro un mensaje:
que los desafíos en estos tiempos seguirán en aumento. Nos enfrentamos
constantemente a muchos cambios y movimiento: a nivel individual hay retos
cotidianos, problemas de salud, el mantener relaciones estables, inclusive el
alcanzar la excelencia académica, así como retos y anhelos personales, aun el
mantener un trabajo, lograr los objetivos en cada obra, y entre las muchas
actividades del día a día, pareciera que el “sobrevivir” se está convirtiendo
en la norma de vida para muchos.
Qué
decir a nivel familiar donde las relaciones se han vuelto cada vez más tensas como
resultado de la presión socio-económica. La vida comunal que en su momento se
utilizó para proveer algún tipo de protección social en algunas culturas, se
está convirtiendo rápidamente en cosa del pasado. La mayoría de los gobiernos
cada vez invierten más en seguridad para sus habitantes, que en desarrollo
social y económico. El mundo entero se está enfrentando a innumerables
desastres ocasionados tanto por la naturaleza como por el hombre.
A
menos que estemos del lado del Señor y confiando en Él, permaneceremos seguros
y sin estar sobrecogidos por temores, pensando continuamente que la vida es
difícil e imposible. ¿Hay algo demasiado difícil para Dios? No. El que se llama
a Sí mismo “Yo Soy El que Soy”, asegura que para Él nada es imposible (Lucas 1:37).
En
este versículo en pocas palabras se resume una poderosa verdad. Dios es el
único que puede vencer la imposibilidad y hacer que todo sea posible. Si
nada es imposible para Dios eso significa que todo es posible para El.
Nuestra mente no puede comprender la profundidad de estas palabras pues
nosotros como seres limitados que estamos rodeados de imposibilidades. Dios
reside en la atmósfera donde todo es posible y para Él lo “común” son los
milagros. Como cristianos tenemos una gran ventaja sobre los demás. Esto, por
cierto, es por la Gracia de Dios y está disponible para todo aquel que se
acerque a Dios creyendo en Cristo como su Señor y Salvador personal. En la vida
no caminamos solos ante nuestras imposibilidades, sino que Él va delante
nuestro cambiando la derrota en victoria, la miseria en abundancia, la
enfermedad en sanidad, el odio en amor, la violencia en paz y muchas otras
cosas más.
Pensemos por un momento en nuestras propias imposibilidades.
Para Dios es cosa común hacerlas posible. ¡El Dios de los milagros sigue
vigente hoy y Su mano de poder no se ha acortado!. Él es el mismo de ayer, el
mismo que hizo milagros para bendecir al pueblo de Israel y que está presente
hoy en nuestros problemas y necesidades para hacer realidad aquello que a
simple vista nos es imposible. Nunca lo olvidemos: Si es imposible para nosotros
¡Es posible para Dios!
Dios
les bendiga abundantemente.
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