viernes, 18 de marzo de 2022

Un momento... Atrevernos a caminar con Dios

 


UN MOMENTO CON DIOS

Atrevernos a caminar con Dios


Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor.” (Salmo 5. 12)



Aquellos que se atreven a caminar con Dios cada día de sus vidas viven rodeados del favor del Señor. Podemos definir la palabra “favor”, como la atmósfera espiritual que rodea y cubre al justo, que le asegura la bendición de Dios y el cumplimiento de su precioso plan para su vida, sin importar las circunstancias adversas que tenga que atravesar.

El carácter del justo conlleva fe y amor; los cuales traen ciertos privilegios que solo Dios le puede dar; aquí entre ellos:

Gozo: constante, puro, triunfante, el que trae alegría y sonrisas constantes. Saber que Dios mismo lo cuida, protege y defiende, le da gozo pleno.

Defensa: no confía nunca en sus propias fuerzas; sino en las fuerzas del Dios todo poderoso, sabiendo que la mejor arma siempre será Él. Su cuidado, protección y defensa nos da confianza.

Amar el nombre del Señor: es tener conocimiento pleno y verdadero sobre en quien confiamos, conocerlo por nombre nos da alegría.

El pueblo del Señor, el pueblo que le pertenece a Él es quien conoce su nombre (Isaías 52. 6).

Muchas personas no saben el nombre revelado de Jesús, nosotros tenemos ese privilegio de conocerlo y saber que Él es a quien clamamos, nuestro Dios y Señor. Jesús mismo dice les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún (Juan 17.  26).

¡Realmente necesitamos vivir bajo el favor de Dios! Esta clase de bendición está reservada para el justo. Una persona justa, bíblicamente hablando, no es aquella que impone su propia justicia sino aquella que ha recibido, la justicia de Dios, al recibir a Cristo en su corazón.

Esto es una obra misericordiosa y sobrenatural, pero además de eso, está la parte nuestra que es caminar en fidelidad y obediencia a lo que Dios dice en su Santa Palabra. La medida de un justo se mide por la medida de cómo él se ajusta a los parámetros de la Palabra de Dios.
En los tratos del Señor con el ser humano, siempre hay una parte que tenemos que hacer nosotros primero: Obedecer fielmente.

Cuando hacemos esto, automáticamente Dios hace su parte y resultamos más que bendecidos. No nos avergoncemos de caminar como un justo, fiel y obediente pues los valientes que se atreven a caminar de esta manera, gozan del privilegio de vivir bajo el favor de Dios.

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

 

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