UN
MOMENTO CON DIOS
No
nos acordemos de las cosas pasadas
“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.” (Isaías 43. 18)
Al
hablar con muchas personas acerca de su vida gran cantidad de ellos afirman que
“todo tiempo pasado fue mejor”, y que viven su presente en forma miserable y
sin expectativas de un futuro mejor.
No es nada malo tener buenos recuerdos del pasado pero el pasado ya no puede
volver. El “túnel del tiempo” fue un invento de la ficción pero no de la realidad.
Cada día, tenemos la oportunidad de escribir una página nueva de nuestras vidas
y si bien no se pudo obtener experiencias del pasado (buenas o malas), cada día
tiene su propia historia. Vivir atados al pasado nos inutilizará para el
presente y nos frustrará para el futuro.
Algunos quisieran regresar al pasado, para poder cortar de su vida un episodio
que dañó su corazón, pero esto no es posible, no está al alcance tal situación,
pues nos queda refugiarnos en Dios y su Palabra, allí encontramos el remedio a
nuestras culpas del pasado.
¿Qué
debemos hacer? En primer lugar debemos rendir nuestra vida a Jesucristo,
reconocer que él es el Salvador, él es nuestro Libertador, e invitarlo a entrar
a nuestro corazón para que gobierne nuestra vida. La Biblia dice: “De modo que
si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí,
son hechas nuevas” (1 Corintios 5. 17). Apropiémonos de esta promesa y
vistámonos del nuevo hombre creado a imagen y semejanza de Dios.
En segundo lugar, entablemos una relación personal, íntima y de amor con
Cristo, él dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo
os haré descansar” (Mateo 11. 28). Demos pasos de fe y desahoguemos nuestro
corazón en su presencia. Depositemos en él las pesadas cargas de culpa que por
años las traemos encima. Dice la Biblia: “echando toda vuestra ansiedad sobre
él, porque él tiene cuidado de vosotros”. (1 Pedro 5. 7)
Él
nos dice que hagamos memoria de su palabra. “Adquiere sabiduría, adquiere
inteligencia; No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca” (Eclesiastés
4. 5). La Palabra de Dios nos purifica. Jesús dijo: “Ya vosotros estáis limpios
por la palabra que os he hablado” (Juan15. 3).
Nunca
olvidemos que con Dios lo que viene puede ser mejor que lo anterior. Para la
estéril Ana su futuro fue mejor pues dio a luz un bello hijo con el favor de
Dios; en las bodas de Caná de Galilea, el Señor dejó el mejor vino para el
final. Como cristianos podemos ver el futuro diferente de lo que fue nuestro
pasado. Incluso aunque nuestro pasado haya sido bueno el Poder de Dios aún
puede hacer que nuestro futuro sea todavía más exitoso y pleno. Recordemos el versículo
de este día y caminemos hacia delante en el Nombre del Señor.
Dios
les bendiga abundantemente.
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