domingo, 13 de marzo de 2022

Un momento... Dar un paso hacia atrás

 


UN MOMENTO CON DIOS

Dar un paso hacia atrás

 

 Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.(Juan 3. 30)


Dos árboles jóvenes crecían uno junto al otro. Debido al efecto del viento, se cruzaban mutuamente todo el tiempo. A la larga las cortezas de ambos árboles se fueron abriendo y la savia comenzó a mezclarse, hasta que un día se enlazaron. A medida que crecían, el más fuerte comenzó a absorber la vida del más débil. Uno creció más y más, mientras que la copa del otro comenzó a marchitarse hasta que murió. Ahora hay dos troncos en la parte inferior y sólo uno en la parte de arriba. La muerte se llevó uno; la vida triunfó en el otro.

Cuando nos encontramos con Jesús nuestro corazón se unió al suyo.

Pero ¿Dónde estamos ahora? ¿Va nuestra vida en forma paralela a la de Cristo o muestra nuestra vida ahora más y más de Cristo y cada vez menos de nuestra antigua manera de vivir? ¿Ve la gente en nosotros un carácter creciente, más similar al de Jesús y menos de nuestropropio yo?

¿Podemos decir las palabras del apóstol Pablo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2.20).

Como criaturas de Dios hemos sido diseñados naturalmente para crecer y desarrollarnos en la vida para alcanzar todo nuestro potencial y llegar a cumplir las diversas metas que nos hemos puesto, pero en la vida espiritual todo es diferente a lo natural.
En las cosas de Dios para ir para adelante primero hay que dar un paso hacia atrás, para ser exaltados debemos primero humillarnos y para llegar a la cima espiritual debemos aprender primero a menguar. La palabra menguar significa “retroceder”, “ceder el primer lugar de mi vida a otra persona”. El éxito en la vida cristiana es darle siempre el primer lugar al Señor. Por cierto, este primer lugar no sólo el Señor debe ocuparlo para las “cosas religiosas”, sino también para todo lo que emprendamos en la vida cotidiana. Nuestra sociedad nos propone llegar a la cima a cualquier costo y nos motiva a que hagamos todo lo que sea necesario para estar en los primeros lugares. Retroceder o menguar en nuestra sociedad es característico de ser un perdedor.
Si somos cristianos que queremos caminar de victoria en victoria en la vida, debemos renovar nuestra mente al estilo del Reino de Dios y debemos trabajar en nuestra vida para que no reine nuestro egoísmo personal sino el Señor Jesucristo.
Cuando El crece en nuestras vidas y se transforma en nuestro Gran Capitán tenemos asegurado nuestro porvenir pues con el Señor primero siempre llegamos a buen destino.

Dios les bendiga abundantemente.

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