UN
MOMENTO CON DIOS
Como
el oro refinado
“Por esta razón están ustedes llenos de alegría, aun cuando sea necesario que durante un poco de tiempo pasen por muchas pruebas. Porque la fe de ustedes es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que la fe de ustedes, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo aparezca.” (1 Pedro 1. 6 – 7)
Un
informe acerca de cómo se obtiene el oro hablaba que es un proceso realmente
largo; si lo comparamos a nuestra vida, no sólo es largo, también es
doloroso.
Este
informe decía que: “El oro puede encontrarse en estado nativo en forma de
pepitas, en el agua de los ríos o en los barros anódicos del procesado del
cobre.
Para
obtener el metal a partir de los minerales se sigue el siguiente proceso: Se
muele el mineral y se arrastra con agua para separar las partículas de oro (más
densas) del resto, estas partículas se amalgaman con mercurio y se lava con
agua para arrancar las impurezas. Posteriormente se destila el mercurio de la
amalgama a 600 ºC y queda oro con riqueza del 70 %. Después se refina
por electrólisis o pasando una corriente de cloro por el fundido de oro bruto
(obtenido anteriormente con el 70 % de riqueza).
Interesante,
es un proceso. Así también somos nosotros. Esas personas que “valen oro”
están en todo lugar del mundo tal como el valioso metal.
DIOS
las mira con sus ojos soberanos y omnipresentes, los escoge y luego, los lleva
al proceso de refinación. A veces realmente pareciera que estamos siendo
“molidos” por la vida, pero la razón es separar lo que no es oro, luego se
arrancan las impurezas.
Qué
fascinante… ¿No hemos sentido acaso que en tiempos de dolor nos hemos
convertido en una persona más pura? ¡Seguro que sí!
Para
finalizar, el fuego, es la etapa más dolorosa de todas, pero el resultado será
el estado más puro y más valioso!
Podemos
aceptar el trato de DIOS con nosotros para refinarnos y convertirnos en los
seres valiosos que espera que seamos, o bien, podemos regañar y vivir el resto
de nuestros días en amargura sin ver el plan supremo.
Es
preferible ver el resultado y dejar que Su mano cuidadosa nos pase por los
procesos necesarios. Nadie dijo que fuera fácil. Pero si realmente deseamos ser
útiles para lo que DIOS nos ha diseñado, tenemos que dejarnos moldear por el
Padre.
Si
estamos siendo probados no miremos hacia la prueba miremos a DIOS que nos
espera detrás de esa prueba para bendecirnos y prosperarnos.
Dios
les bendiga abundantemente.
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