UN
MOMENTO CON DIOS
La
visión de Dios
“Aunque la visión tardará aún por un tiempo,
más se apresura hacia el fín, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque
sin duda vendrá, no tardará." (Habacuc 2. 3)
"Aún no ha llegado el momento de que esta visión se cumpla; pero no dejará
de cumplirse. Tu espera, aunque parezca tardar, pues llegará en el momento
preciso". (Dios Habla Hoy)
Todos en mayor o menor grado tenemos una visión. No nos referimos a la vista
natural sino a la vista espiritual. Cuando hablamos de visión estamos hablando
de sueños o anhelos que tenemos y esperamos que se cumplan, que se cristalicen.
La visión de muchos está referida a alcanzar el éxito en los negocios, tener
una buena familia, un buen estado económico etc. Ellos dependen de la “suerte”
y su esfuerzo propio para lograrla.
Como cristianos nuestra visión y su cumplimiento no dependen de nosotros
exclusivamente. Si somos cristianos, que tenemos intimidad con el Señor por
medio de la oración y la meditación en la Palabra de Dios, nuestro ser interior
se renovará totalmente, y el Espíritu Santo hará nacer en nuestro ser una
visión que glorificará a Dios, y recibiremos Su apoyo decisivo para verla
concretada. La visión que el Señor puede darnos no sólo está referida al
ministerio. Él quiere que nosotros, Sus hijos, nos realicemos en la
vida en lo que Él nos ha llamado a hacer. Dios está interesado en cristalizar y
concretar aquellas visiones que provienen de Sus hijos obedientes.
Dios
se mueve en su propio tiempo, y sus promesas tendrán cumplimiento en su propio
tiempo. Habacuc tuvo una visión (revelación), y se le dice que la escriba y
declare (anuncie). La razón para que el profeta hiciera tal cosa, se
fundamentaba en el hecho, de que la revelación no tendría un cumplimiento
inminente.
Lo
que a menudo olvidamos, es que Dios tiene su propio tiempo para actuar. De
manera inconsciente, queremos que Dios se mueva en nuestro tiempo, pero lo que
para nosotros es tarde, para Dios es antes de tiempo. No queramos entonces que
Dios se someta a nuestras pretensiones.
Esta
sensación de que Dios no nos oye en medio de algún problema o situación difícil
en la que nos encontramos es muy común también entre nosotros hoy día. Si no
vemos la respuesta inmediatamente pensamos que nuestra oración no fue escuchada.
Pero este razonamiento no obra según la verdad, es erróneo, pero el diablo
persiste en su obra mentirosa para que lo creamos porque él la usa para
oprimirnos.
El
hecho de que esté escrito que Dios actuará, ha de ser suficiente. Esto debía
ser así para el profeta y también lo ha de ser para nosotros. De modo, que si
la respuesta a nuestra queja está escrita, esperémosla.
Este
versículo debe renovarnos y animarnos a no bajar los brazos. Nunca olvidemos
que si nuestra visión está en el corazón de Dios tarde o temprano se cumplirá.
¡Vale la pena tener una visión y saber esperar!
Dios
les bendiga abundantemente.
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