miércoles, 14 de agosto de 2019

Tiempo... Tito 3. 1 - 3



TIEMPO DE REFLEXIÓN

 “Recuerda a los otros que se sometan al gobierno y a las autoridades, que sean obedientes y que siempre estén dispuestos a hacer lo bueno. 
Que no hablen mal de nadie, que sean pacíficos y bondadosos, y que se muestren humildes de corazón en su trato con todos. Porque antes también nosotros éramos insensatos y rebeldes; andábamos perdidos y éramos esclavos de toda clase de deseos y placeres. Vivíamos en maldad y envidia, odiados y odiándonos unos a otros”.  Tito 3. 1 – 3

La naturaleza carnal del hombre tiende a necesitar que se le recuerde lo que es necesario para someterla en obediencia y sumisión.
La autoridad tiene la particularidad de levantar en la naturaleza terrenal la rebeldía, pues es inherente al percibirse como libre, aunque en realidad no lo sea, nuestra mente nos engaña al creer que en la rebeldía del alma podemos encontrar libertad.
Aquellos que permiten que Dios obre a través de la obediencia y sumisión de su ser, puede estar dispuesto siempre a obrar correctamente, sin que sea una carga.
El sometimiento a la disciplina del Espíritu, busca generar en el hombre frutos visibles en su forma de hablar, en lo que busca, en lo que da, y en todo.
La necedad y la desobediencia son naturales para el hombre no regenerado, son su forma natural de responder ante la autoridad y ante la sabiduría, descarriándonos del camino y volviéndonos esclavos de los placeres y pasiones de esta vida.
La malicia y la envidia corrompían nuestro comportamiento y nuestra forma de pensar, mientras ahora somos conscientes de estos pensamientos, y tenemos el poder para trascenderlos y vivir en libertad.
Dios les bendiga abundantemente.

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