lunes, 19 de agosto de 2019

Leyendo... Hebreos capítulo 2



LECTURA DIARIA:
Hebreos capítulo 2

Este capítulo comienza con una exhortación a ser cuidadosos en mantener la salvación. La palabra “atendamos” en tiempo presente, indica la necesidad de una continua y vigilante atención, de mantenernos firmes en la Verdad de Dios. 

La salvación que Dios ofrece al hombre, abarca sacarlo del dominio de satanás y pasarlo al de DIOS, la liberación y el perdón de los pecados y el participar de un mundo mejor.
El hombre por la gracia de Dios, tiene la oportunidad de vivir feliz en el mundo venidero. Esto sucederá cuando Cristo establezca su Reino eterno, el cual no tendrá fin. El mundo venidero está bajo el gobierno de Cristo.
Cristo sufrió la muerte para beneficio de todos, padeció la muerte por todos, muerte que es el fruto del amor de Dios a la humanidad. Además, su muerte fue el requerimiento para que sea elevado a esa posición de gloria y honor, y este calificado para gobernar el mundo que vendrá.
Se necesitaba un Salvador como Jesús porque la tarea era llevar muchos hijos a la gloria. Pero estos “muchos” debían parecerse a Cristo, tanto en sus aflicciones como también en su santidad. Él es Salvador y a la vez, ejemplo. Él se pone al frente para limpiar y hacer el camino, pero en realidad, Él mismo es el camino.
CRISTO es el que santifica. Comparte con el hombre la paternidad de DIOS como creador; al santificar a sus propios discípulos, comparte con ellos la santidad del Padre.
Se hizo hombre para poder salvar a la humanidad perdida. En su muerte destruyó al que tenía el imperio de la muerte, el diablo. La muerte de Jesús no fue opcional, sino indispensable.
La muerte de Cristo tiene dos significados: Uno para que como Salvador, nos libre del poder de satanás, y el otro, como sumo sacerdote para que nos libre de la justa condenación de Dios.


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