TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Tú,
en cambio, predica lo que va de acuerdo con la sana doctrina”. Tito 2. 1
La
iglesia tiene que enseñar la doctrina basada en la Palabra de Dios; en caso
contrario, no es una iglesia.
Recordemos
que al comienzo mismo de la iglesia, en el día de Pentecostés, vemos en Hechos
2.42, que los que fueron añadidos a la iglesia en aquel día perseveraban en la
doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del
pan y en las oraciones. Estas fueron las señales de identidad de la primera
iglesia la doctrina de los apóstoles, la comunión, el partimiento del pan y la
oración.
Realmente
no importa el aspecto del edificio de una iglesia, su decoración interior o la
comodidad de sus instalaciones. Es el mensaje que resuena desde el púlpito lo
que nos dirá si la iglesia es realmente una iglesia, organizada como Pablo la
entendió, y como la Palabra de Dios la describe.
La
expresión sana doctrina, que puede traducirse también como "sana
enseñanza" significa la doctrina de los apóstoles. El tema más importante,
el primero en la lista de prioridades de la iglesia primitiva era la doctrina
de los apóstoles.
Si
queremos predicar la verdad, tenemos que dejar de lado todo prejuicio y todo
conocimiento que creamos tener, dejemos que las Escrituras moldeen nuestros
pensamientos y escudriñemos en profundidad su significado original, muchas
palabras en su traducción pierden gran parte de su significado, o pueden haber
sido tomadas según como mejor le parecieron al traductor, por eso vayamos
directo a la fuente, busquemos un buen maestro de las Escrituras y pesemos todo
conocimiento, toda revelación en la Palabra, pues ella es una guía maravillosa
para el que busca y quiere entendimiento, sabiduría para enseñar la verdad.
Dios
les bendiga abundantemente.
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