TIEMPO DE REFLEXIÓN
Porque todos son del mismo Padre: tanto los
consagrados como el que los consagra. Por esta razón, el Hijo de Dios no se
avergüenza de llamarlos hermanos, al decir en la
Escritura: «Hablaré de ti a mis hermanos, y te cantaré
himnos en medio de la congregación.» También dice: «En él pondré mi
esperanza.» Y otra vez dice: «Aquí estoy, con los hijos que Dios me dio.» Hebreos 2. 11 – 13
El
cordero que en la antigüedad cargaba con el pecado del pueblo hebreo, ahora ha
sido cargado y llevado por un recipiente mayor, capaz de abarcar la humanidad,
para sumergirlos en su esencia y darles una paternidad, un mismo origen o
principio, que para nosotros como hermanos participamos de su santificación por
la fe.
Muchos
se preguntaban porque Jesús llamaba a sus discípulos hermanos si él era el hijo
de Dios, lo cual al parecer de los que conocían las Escrituras lo diferenciaba
de nosotros.
El
escritor menciona el Salmo 22.22 para aclarar esta controversia, en donde el
salmista hace referencia proféticamente al obrar de Cristo en la tierra, él ha
sido conformado en un cuerpo terrenal para cumplir la voluntad divina pero su
esencia permanece, él nos ha proclamado el mensaje de arrepentimiento para
volver al Padre, y ha entregado su vida en alabanza pura a Dios, haciéndonos
partícipes de su santidad al creer en su obra y participar activamente de
su mensaje.
También
argumenta sólidamente su explicación con el libro del profeta Isaías 8.17-18,
en donde la profecía hace referencia a la confianza de Jesús en el Padre y su
participación con los hermanos en la fe, quienes engendrados por el espíritu
nacen de nuevo y le experimentan.
Así
que en la familia de Dios, Él no se avergüenza de llamarnos hermanos. Nosotros
no nos atreveríamos a llamarlo hermano, pero Él nos ha hecho formar parte de la
familia de Dios. Él es el primogénito de entre muchos hermanos. Él es la cabeza
de la familia, y nos llama hermanos porque todos nos hemos convertido en hijos
de Dios por medio de la fe en el Señor Jesucristo.
Dios
les bendiga abundantemente.
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