LECTURA
DIARIA:
2
Timoteo capítulo 1
Pablo
oraba constantemente por Timoteo, su amigo, su compañero de viaje, su hijo en
la fe y un gran líder en la iglesia cristiana.
No
sabemos cuándo Pablo y Timoteo se separaron por última vez, pero fue
probablemente cuando arrestaron a Pablo y lo llevaron a Roma para ser
encarcelado por segunda vez. Las lágrimas que derramaron al separarse revela la
profundidad de su relación.
Loida
y Eunice, madre y abuela de Timoteo, eran cristianas, ellas habían comunicado
su sólida fe a Timoteo, aun cuando su padre, probablemente, no era creyente.
En
el momento de su ordenación, Timoteo había recibido dones especiales del
Espíritu que lo capacitaron para que sirviera a la iglesia.
Al
aconsejar a Timoteo "que avives el fuego del don de Dios", Pablo lo
estaba animando a perseverar. Timoteo no necesitaba nuevas revelaciones ni
nuevos dones; él necesitaba el valor y la autodisciplina para aferrarse a la
verdad y usar los dones que ya había recibido.
Los
dones espirituales de Timoteo los recibió cuando Pablo y los ancianos le
impusieron las manos y lo apartaron para el ministerio. Dios da dones a los
cristianos para que los usen en la edificación del cuerpo de Cristo, y da dones
especiales a algunos a través de los líderes de la iglesia, que sirven como
instrumentos suyos.
Timoteo
estaba experimentando gran oposición a su mensaje y a él mismo como líder. Su
juventud, su asociación con Pablo y su liderazgo se hallaban bajo fuego por
parte de creyentes y no creyentes. Pablo lo anima a mantenerse firme.
Pablo
menciona tres características del líder cristiano efectivo: poder, amor y
dominio propio. Estas están a nuestra disposición porque el Espíritu Santo vive
en nosotros.
En
este tiempo de mucha persecución, Timoteo pudo haber sentido temor de continuar
predicando el evangelio. Sus temores estaban basados en hechos, porque los
creyentes estaban siendo arrestados y ejecutados. Pablo le había dicho que esperara
sufrimientos; Timoteo, como Pablo, sería apresado por predicar el evangelio.
Pero Pablo prometió a Timoteo que Dios le daría fuerza y que estaría listo
cuando fuera su turno de sufrir.
Pablo
da un breve resumen del evangelio. Dios nos ama, nos llamó y envió a Cristo
para que muriera por nosotros. Podemos tener vida eterna por medio de la fe en
El.
Pablo
estaba preso pero esta circunstancia no detuvo su ministerio. Lo llevó adelante
por medio de otros, como Timoteo. Pablo había perdido todas sus posesiones
materiales, pero nunca perdería su fe. Confió en que Dios lo usaría sin
importar las circunstancias.
Pablo
pudo haber expresado su confianza para alentar a Timoteo, quien se hallaba
desanimado por los problemas en Efeso y temeroso de la persecución. Aun en la
cárcel, Pablo sabía que Dios todavía estaba en el control.
Timoteo
se hallaba en un período de transición. Había sido el brillante ayudante de
Pablo; muy pronto dependería de sí mismo como líder de una iglesia en un
ambiente difícil. Aunque sus responsabilidades estaban cambiando, Timoteo no
estaba desamparado. Tenía todo lo necesario para enfrentar el futuro, si se
aferraba a los recursos del Señor.
Hubo
algunos como Figelo y Hermógenes, que se opusieron al ministerio de Pablo. A
Onesíforo se le menciona como un ejemplo positivo, en contraste con aquellos
otros.
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