TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Tú,
en cambio, has seguido paso a paso mis enseñanzas, mi manera de
vivir, mi propósito, mi fe, mi paciencia, mi
amor, mi constancia, mis persecuciones y mis sufrimientos.
Estás enterado de lo que sufrí en Antioquía, Iconio y Listra, y de
las persecuciones que soporté. Y de todas ellas me libró el Señor. Así
mismo serán perseguidos todos los que quieran llevar una vida piadosa en Cristo
Jesús, mientras que esos malvados embaucadores irán de mal en peor, engañando
y siendo engañados. Pero tú, permanece firme en lo que has aprendido
y de lo cual estás convencido, pues sabes de quiénes lo aprendiste. Desde
tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría
necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura
es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para
corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté
enteramente capacitado para toda buena obra”. 2
Timoteo 3. 10 – 17
Pablo
entiende que la mejor forma de enseñar la verdad proviene de una vida de
entrega y devoción a ella, Timoteo como pocos pudieron conocer de primera mano
sus enseñanzas, su forma de vivir, su sentido de propósito, su confianza en
Dios, la paciencia con la que soporto cada circunstancia, el amor que era
evidente en sus actos, la constancia con la que era consumido por su llamado,
su sufrimiento en la persecución, la soledad, el rechazo, el dolor y la
enfermedad.
Su
testimonio de vida es su carta de presentación para con sus discípulos, ellos
confiaban en sus palabras y en su amor profundo por la verdad.
Si
seguimos una vida de entrega y sacrificio por la verdad podremos ser perseguidos,
pero si no lo hacemos corremos el riesgo de no estar llevando una vida conforme
a la verdad. Este es un punto para meditar no podemos continuar en la
tranquilidad de una vida sin sentido.
Los
que no llevan una vida piadosa son embaucadores, van de mal en peor, su
palabras y acciones son hábiles engaños, y ellos permanecen siendo engañados.
Es
necesario que permanezcamos firmes en las enseñanzas de las Escrituras pues
toda ella trae provecho, de nuestra convicción en la verdad es lo que podemos
enseñar y vivir, sin una convicción real, el engaño siempre encontrara cabida
en nuestro interior.
Las
Escrituras son vida y espíritu para quienes las hallan, en ella se encuentra la
sabiduría de todos los tiempos que es Cristo, y para que al encontrarle a Él,
nuestra confianza permanezca y se establezca en lo eterno.
La
Escritura es poderosa para el que confía, pero no tiene ningún valor para el
que no tiene fe, en la confianza puede surgir el aprendizaje, la reprensión, la
corrección y la justicia, sin ella no hay fundamento.
Toda
la Escritura nos capacita para obrar conforme a la verdad, mientras la fe nos
conduce a la acción.
Dios
les bendiga abundantemente.
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