LECTURA
DIARIA:
1
Timoteo capítulo 2
Pablo
aquí, nos exhorta a orar unos por otros y también por los que nos gobiernan.
Nuestras oraciones fervorosas tendrán resultados poderosos, aun cuando los
gobernantes sean malos y no tengamos deseo de orar por ellos.
Cuando Pablo
escribió esta carta la persecución era una amenaza creciente para los
cristianos, aun así instaba orar por los que gobiernan.
Debemos
orar por aquellos que están en autoridad en el mundo para que sus sociedades
sean favorables a la difusión del evangelio. El mensaje del evangelio tiene un
alcance mundial, no está limitado a una raza, un sexo o a un trasfondo
nacional. Dios ama a todo el mundo y envió a su Hijo para salvar a todos los
pecadores.
Como
seres humanos estamos separados de Dios por el pecado. El sacrificio de Cristo
trajo nueva vida a la humanidad.
Pablo
se define a sí mismo como un heraldo o predicador. A él se le dio el privilegio
especial de anunciar el evangelio a los gentiles.
Al
parecer, algunas mujeres cristianas buscaban ganar respeto por parecer hermosas
más que por parecerse a Cristo en su carácter. Algunas quizás pensaban que
podrían llegar a ganar a sus esposos no creyentes por medio de su apariencia. La
belleza empieza dentro de la persona. Un carácter gentil, modesto, amoroso da
una luz al rostro que no puede ser duplicado ni por el mejor cosmético ni por
la mejor joya del mundo. Un peinado cuidadoso y un exterior muy bien decorado
es una apariencia artificial y fría a menos que esté presente la belleza
interior.
En
el primer siglo de la cultura judía, a las mujeres no se les permitía estudiar.
Cuando Pablo dice que las mujeres deben aprender en silencio y total sumisión,
les está ofreciendo una sorprendente nueva oportunidad ya que en ese tiempo a
las mujeres no se les permitía estudiar.. Pablo no quiso que las mujeres de
Efeso enseñaran porque aún no tenían suficiente conocimiento o experiencia. La
iglesia en Efeso tenía un problema particular con los falsos maestros.
Evidentemente las mujeres eran especialmente susceptibles a sus falsas
enseñanzas porque todavía no habían recibido instrucción bíblica suficiente
para poder discernir la verdad.
Pablo
decía a Timoteo que no debía poner a nadie en posición de liderazgo si todavía
no era maduro en la fe.
Pablo
no prohibió siempre a que la mujer enseñara. La reconocida colaboradora de
Pablo, Priscila, enseñó a Apolos, el gran predicador. Además, con frecuencia
Pablo menciona a otras mujeres que tenían posiciones de responsabilidad en la
iglesia.
En
la referencia de Pablo de que las mujeres estén en silencio, la palabra
silencio expresa una actitud de quietud y compostura.
Además,
el propio Pablo reconoce que las mujeres públicamente oraban y profetizaban
(1Corintios 11.5).
Sin
embargo, las mujeres en la iglesia de Efeso estaban abusando de su recién
adquirida libertad cristiana. Debido a que estas mujeres eran recién
convertidas, no tenían la experiencia necesaria, el conocimiento o la madurez
cristiana para enseñar a aquellos que ya poseían una buena educación bíblica.
Pablo habla de los roles del hombre y de la mujer dentro de la iglesia. Algunos
ven estos versículos acerca de Adán y Eva como una ilustración de lo que estaba
sucediendo en la iglesia de Efeso. Así como Eva había sido engañada en el
jardín del Edén, así las mujeres en la iglesia estaban siendo engañadas por
falsos maestros. Y así como Adán fue el primer ser humano creado por Dios, así
los hombres en la iglesia en Efeso serían los primeros en hablar y enseñar,
porque tenían más experiencia. Este punto de vista enfatiza que la enseñanza de
Pablo aquí no es universal, sino que se aplica a las iglesias con problemas
similares. Otros sostienen que los roles que Pablo destaca son los designios de
Dios para su orden creado. El estableció estos roles para mantener la armonía
tanto en la familia como en la iglesia.
Pablo
no está justificando a Adán por su participación en la caída. Por el contrario,
en su carta a los Romanos, Pablo pone sobre Adán la culpa primaria por la
naturaleza pecaminosa del hombre.
Hay
distintas maneras de entender la frase "se salvará engendrando
hijos".
El
hombre pecó y por eso los hombres fueron condenados a un trabajo doloroso. La
mujer pecó y por eso las mujeres fueron condenadas a sufrir dolores de parto.
Hombres y mujeres, sin embargo, pueden ser salvos al confiar en Cristo y
obedecerle.
Las
mujeres que cumplen los roles dados por Dios están demostrando verdadero
compromiso y obediencia a Cristo. Uno de los roles más importantes para una
esposa y madre es cuidar de su familia.
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