TIEMPO DE REFLEXIÓN
“Lo más importante de lo que
estamos diciendo es que nuestro Sumo sacerdote es de tal naturaleza que se ha
sentado en el cielo, a la derecha del trono de Dios, y oficia como
sacerdote en el verdadero santuario, el que fue hecho por el Señor y no por los
hombres.
Todo sumo sacerdote es nombrado para presentar ofrendas y sacrificios,
y por eso es necesario que Jesucristo también tenga algo que ofrecer. Si
él estuviera en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, pues aquí ya hay
sacerdotes que presentan las ofrendas mandadas por la ley de Moisés. Pero
estos sacerdotes prestan su servicio por medio de cosas que no son más que
copias y sombras de lo que hay en el cielo. Y sabemos que son copias porque,
cuando Moisés iba a construir el santuario, Dios le dijo: «Pon atención y hazlo
todo según el modelo que te mostré en el monte.» Pero nuestro Sumo
sacerdote, que ha recibido un ministerio sacerdotal mucho mejor, es mediador de
una alianza mejor, basada en mejores promesas”. Hebreos 8. 1 – 6
La posición de este nuevo
sacerdote, perfecto y quien se entregó como sacrificio le ha valido para
sentarse a la derecha del trono de Dios en lo eterno, estar a la derecha del
Padre, significa haber sido apartado, ser la bendición que el padre ha dado a
la humanidad, y tipifica la autoridad que le ha sido delegada. Cuando el hijo
se sienta lo hace porque es digno, nadie se sienta por sentarse, se sienta como
tipología del poder y la autoridad que se le ha confiado.
Ahora el tabernáculo y el
santuario que sirvieron en la tierra de ejemplo o tipología de lo eterno, vive
y ha sido levantado en Cristo, quien fue designado por el Padre para serlo.
El sumo sacerdote es quien
presenta delante de Dios toda ofrenda y sacrificio, pero como no es dueño de
nada, necesita algo que ofrecer, en la tierra ellos ofrecían y presentaban las
ofrendas y sacrificios del pueblo, mas Cristo se ofreció a sí mismo.
Lo que existe en lo terrenal
no puede trascender a lo eterno, tiene su tiempo y perece, por ello los
sacerdotes en la antigüedad presentaban las ofrendas en conformidad con lo
dispuesto por la ley. Cristo no sirvió como sacerdote en la tierra, su servicio
sacerdotal ahora se cumple en lo eterno en donde su ofrenda y sacrificio nos
acercan al Padre.
El sacerdocio levítico,
sirvió en un tabernáculo y santuario a imagen del tabernáculo celestial que le
fue confiado a Moisés, lo que nos confirma que su sacerdocio también fue una
copia y sombra de lo que habría de venir.
Desde lo eterno Cristo ahora
pertenece a un linaje sacerdotal perfeccionado en la obediencia y por un
sacrificio mejorado, superior, cuyo nuevo pacto ahora esta mediado por la
sangre del cordero inmolado desde la creación del mundo y sus promesas ahora
permanecen en lo eterno.
Dios les bendiga abundantemente.
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