viernes, 23 de agosto de 2019

Leyendo... Hebreos capítulo 6



LECTURA DIARIA:
Hebreos capítulo 6

La exhortación que el autor de la carta le hace a los hebreos, es a corregir de inmediato su deficiencia espiritual.
Los creyentes hebreos no estaban capacitados para alcanzar una etapa más avanzada de espiritualidad, y era necesario que se dieran cuenta, para volver a afirmarse en la fe y de esa manera seguir creciendo para madurar en su vida espiritual.
Es más, les dice que aquellos que conocieron al Señor y recayeron; refiriéndose a aquellas personas que persisten en sus pecados en forma consciente. La palabra en griego recaer, que se utiliza en este pasaje, significa caer afuera. No se trata de un simple tropiezo en la vida cristiana, sino de un alejamiento total de Cristo.
Significa que se han alejado tanto a tal grado que es imposible moverlos al arrepentimiento. En este caso, a estas personas, ya no vale la pena hablarles de la perfección, porque de todos modos rechazan deliberadamente.
Esta situación se ilustra en los versículos 7 y 8: Cuando la tierra responde a la lluvia del cielo y al trabajo del labrador produciendo la esperada cosecha, recibe bendición de Dios. Pero si no produce más que espinos y abrojos, es reprobada, y está próximo a ser maldecida, y su fin es ser quemada.
Pero a continuación, abre una luz de esperanza para estos creyentes.

Dios nos conoce, ha visto nuestras obras y la disposición de nuestro corazón, y por eso está siempre dispuesto a ayudarnos a perseverar en su camino hasta el final.
Las promesas de Dios están dispuestas para todos aquellos, que por la fe, las alcanzan ejercitando la paciencia. No hay mejor ejemplo que el de Abraham, que al oír la voz de Dios, obedeció su llamado y salió en pos de él, sin saber a dónde iba, solo creyendo. Y por la fe y la paciencia alcanzó la promesa.
Cuando confiamos en Dios, crecemos en la gracia y en el conocimiento de Él, por medio del estudio de Su Palabra. Esta actitud nos coloca en un lugar de seguridad que nadie puede negar ni poner en duda.
Las personas confirman una declaración con un juramento, y eso da certeza de su cumplimiento. Dios no necesita pronunciar un juramento, pero lo hace para dejar claro cuán importante es Su Palabra y sus promesas
Su promesa y Su juramento, daban la plena seguridad del cumplimiento de lo que había dicho.
Nosotros tenemos un estímulo incluso más fuerte que el que tuvo Abraham en su tiempo, porque nuestro Sumo Sacerdote Jesucristo, ËL ha entrado con antelación en la presencia de Dios por nosotros, y Él se encuentra hoy allí intercediendo por nosotros.

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