miércoles, 21 de agosto de 2019

Leyendo... Hebreos capítulo 4



LECTURA DIARIA:
Hebreos capítulo 4

El reposo de Dios es una paz permanente, esa paz que solo se obtiene de depositar nuestra confianza en Él. Por eso, el entrar en Su reposo, debe ser la preocupación más importante, de todo aquel que ha conocido a Dios.

Caer en descuido por falta de interés puede ser la causa del fracaso en la vida cristiana.
Al igual que los israelitas, por medio de Moisés oyeron las buenas nuevas de la provisión y voluntad de Dios, aquí dice, que todos nosotros también oímos las buenas nuevas de Dios por medio de Cristo. Pero a los israelitas de nada les sirvió haber oído la Palabra, por no ir acompañada de la fe.
No es suficiente oírla, hay que creerla y obedecerla. La fe combinada con la Palabra hace que el mensaje del evangelio produzca la salvación en nosotros.
Debemos tener cuidado con la creencia de que no importa lo que hagamos, de todos modos somos salvos; esto es un tremendo error. Al contrario, es importante vivir una vida santa y perseverante en su presencia. 
La grandeza de Dios, nos deja totalmente sin excusa ante cualquier incredulidad, y justifica su ira ante la desobediencia del pueblo que ËL había creado.
La generación de los días de Moisés perdió su oportunidad a causa de su incredulidad. Pero Dios, nos da otra oportunidad a través del evangelio de Cristo.
Cuando Josué introdujo a los israelitas en la tierra prometida, Dios sólo les dio cierta clase de reposo (Josué 22.4), y eso en cumplimiento de la promesa (Deuteronomio 31.7). Pero eso era un reposo político, civil y material. Canaán no era el lugar de reposo definitivo; sólo era un tipo de ese reposo eterno que Dios ofrece a los creyentes a través de Jesucristo. 
Por tanto, queda todavía un reposo para el pueblo de Dios. El reposo absoluto de aquellos que de todo corazón se abandonan en las manos del Señor.
Dios ha cesado su obra de creación, pero continúa con su obra de redención. Por eso el creyente puede disfrutar del reposo perfecto, en la obra hecha por Cristo. 
El gran error de los israelitas fue querer entrar en la tierra prometida, en sus propias fuerzas y a pesar de sus pecados. Los esfuerzos humanos sólo provocan ansiedad y frustración en cambio de reposo. El lugar del más tranquilo de reposo es el corazón de Dios. Por eso es necesario procurar buscar la paz en Dios y alejarnos de toda desobediencia.
Para obedecer y seguir su guía, tenemos la Palabra de Dios, que no es letra muerta sino viva. Está en vigencia ahora mismo. 
Hoy, a través de ella podemos oír Su voz. Su palabra vigila nuestro estado interior, es viva, porque nos trae vida; es eficaz, porque hace su trabajo en nosotros, y penetrante, porque ella nos revela nuestro interior y nos examina en profundidad 
Otra ayuda poderosa es, el trabajo de Jesús como nuestro sumo sacerdote, es estar junto a nosotros en nuestras debilidades. El Señor nos entiende porque fue tentado en todo según nuestra semejanza. Porque Él mismo fue tentado, sabe por experiencia lo que significa para nosotros ser tentado. “Pero sin pecado”. Fue perfectamente triunfante para poder ayudarnos. 
Que maravillosa gracia y misericordia de Dios al proveernos de tal ayuda para mantenernos firmes en Su camino y obtener el reposo esperado para nuestras vidas.

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