LECTURA
DIARIA:
Hebreos
Introducción
A
pesar del hecho de que la autoría del Apóstol Pablo no puede afirmarse de una
manera dogmática, hay evidencia abundante del que Pablo fue el autor. Tanto la
evidencia interna como la externa apoyan a Pablo como el autor. El escritor
estuvo encarcelado (Hebreos 10. 34).
Escribió desde Italia (como podemos ver en
13.24). Su compañero fue Timoteo (como leemos en 13.23).
El
estilo de la escritura es Paulino. También, el apóstol Pedro identificó a Pablo
como el escritor (como se desprende de la lectura de 2 Pedro 3.15 y 16).
La
fecha de escritura es especialmente importante en caso de esta epístola a los
Hebreos, debido a la cuestión de la autoría de esta carta. Muchos especialistas
y buenos eruditos Bíblicos han adoptado la posición de que fue escrita después
del año 70 D.C. Algunos han mencionado la fecha de los años 85 D.C. o 96 D.C. y
otros alrededor del año 90 D.C. Sin embargo, al leer esta epístola, se llega a
la conclusión de que el templo de Jerusalén aún se encontraba en pie en el
momento en que fue escrita. Esto significa que tiene que haber sido escrita
antes del año 70 D.C., ya que el general romano Tito destruyó el templo en al
año 70 y Pablo ya había partido a la presencia del Señor.
Por
todas estas cosas se cree que fue escrita por el apóstol Pablo y antes del año
70 D.C.
La
epístola a los Hebreos nos dice que la Ley era buena, pero que la gracia, bajo
Cristo, era mejor, y que la gloria que vendrá va a ser lo mejor. Así que la
carta a los Hebreos presenta aquello que es mejor. La palabra
"perfecto" o palabras relacionadas, aparece unas 15 veces. Ésta es
una epístola que nos desafía. Expresiones como "procuremos"
"temamos" o "hagamos" aparecen 5 veces.
En
realidad Hebreos es una epístola que contiene el alimento sólido de la Palabra.
Podemos
dividir esta Epístola en dos partes bien diferenciadas. En los primeros diez
capítulos, de esta epístola a los Hebreos, vamos la parte doctrinal de la
Epístola.
Luego,
en los capítulos 11 hasta el 13, tenemos la segunda parte de la Epístola, en la
que se expone que Cristo trae mejores beneficios y obligaciones para nosotros,
y ésta es la parte práctica de la Epístola.
El
estilo, y la forma de expresarse del autor también lleva la marca inconfundible
del apóstol Pablo, tratando el tema doctrinal en profundidad, y pasando con
toda naturalidad a lo que es eminentemente práctico. Éste es precisamente el
esquema que el apóstol Pablo siguió en sus otras epístolas.
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