LECTURA DIARIA:
Eclesiastés 3
Cada cosa tiene su tiempo, o forma parte de un ciclo. Lo que quiere decir Salomón en este capítulo es que Dios tiene un plan para todas las personas. Por lo tanto, proporciona ciclos de vida y trabajo para que lo realicemos. A pesar de que nos enfrentamos con muchos problemas que parecen contradecir los planes de Dios, estos no deben ser obstáculos para creer en Él, sino más bien oportunidades para descubrir que, sin Dios, los problemas de la vida no ofrecen soluciones duraderas.
Ser oportuno es importante. Todas las experiencias enumeradas en estos versículos son oportunas en ciertos momentos. El secreto de estar en paz con Dios es descubrir, aceptar y apreciar el momento perfecto según El. El peligro es dudar o resentirnos por el sentido de oportunidad de Dios. Esto puede conducirnos a la desesperación, a la rebelión o a seguir adelante sin su consejo.
El trabajo se vuelve pesado cuando uno pierde el sentido del propósito que Dios tiene con él. Podemos disfrutar de nuestro trabajo si
Cuando Dios creó el mundo, lo consideró muy bueno. Como al Predicador no le es posible cambiar el orden creado, lo mejor para el hombre es reconocerlo y gozar de la vida; retornando a la misma conclusión a que había arribado en 2.24, 25.
Dios «ha puesto eternidad en el corazón de ellos» significa que nunca podremos estar completamente satisfechos con los placeres y logros terrenales. Debido a que Dios nos ha creado a su imagen, tenemos ansias espirituales y valores eternos, y nada que no sea el Dios eterno puede satisfacernos verdaderamente. No podemos ver el futuro ni comprender todas las cosas. De modo que debemos confiar en El ahora y realizar aquí el trabajo que nos corresponde.
Todo ha sido creado para beneficio del ser humano y debe ser aceptado con gratitud.
Ser feliz y hacer el bien mientras vivimos son metas dignas para la vida, pero podemos ir tras ellas de manera equivocada. Dios quiere que disfrutemos la vida. Cuando tenemos el mismo punto de vista de Dios, descubrimos que el verdadero placer se encuentra en disfrutar lo que tenemos como regalo de Dios, no en lo que acumulamos.
¿Cuál es el propósito de la vida? Es llegar a temer al Dios todopoderoso. Temer a Dios significa respetar, estar delante de El en temor por lo que Él es. El propósito de la vida comienza con la persona que conocemos, no con lo que sabemos ni con lo buenos que somos. No podrá cumplir con el propósito que Dios le ha dado a menos que usted le tema y le dé el primer lugar en su vida.
Salomón se preguntó cómo podía ser perfecto el plan de Dios cuando hay tanta injusticia y opresión en el mundo. Concluyó que Dios no pasa por alto la injusticia, sino que terminará con ella cuando llegue el momento que tiene señalado.
El plan de Dios es que vivamos para siempre con El.
Nuestros cuerpos no pueden vivir para siempre en el estado presente. En ese sentido, la humanidad y los animales son iguales. Sin embargo, Salomón reconoció que Dios ha dado al hombre la esperanza de la eternidad, y que Dios nos juzgará en el más allá, lo que nos hace diferentes de las bestias. Debido a que el hombre tiene la eternidad implantada en su corazón, tiene un propósito único en el plan general de Dios. Aun así, el propósito de Dios no lo podemos descubrir por nuestros propios esfuerzos, sino estableciendo una relación con Él y buscando su dirección.
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