jueves, 29 de febrero de 2024

Un momento... Empuñar con firmeza la Espada del Espíritu

 


UN MOMENTO CON DIOS

Empuñar con firmeza la Espada del Espíritu

 

“Y tomad la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.”  (Efesios 6. 17)

 

Cuando meditamos en la interesante lista de partes de la armadura, encontramos que la única parte de la armadura que es ofensiva es la Espada del Espíritu. Las demás son totalmente defensivas.

Con la Espada del Espíritu podemos abrirnos camino en el fragor intenso de la batalla diaria. Esta pieza de la armadura nos indica que es un instrumento que para usarlo implicará un encuentro personal muy cercano, no es un arma como el revolver o la metralleta que se pueden usar a distancia, sino que esta arma implica un encuentro personal muy cercano con el enemigo.

Esta espada descrita por el apóstol Pablo era una espada corta, no larga y esta espada es identificada precisamente con la Palabra de Dios.

La Espada del Espíritu es La Palabra de Dios inspirada por el Espíritu Santo. Que el Señor utiliza para quebrar las defensas de la gente, punzar sus conciencias y mantenerlas espiritualmente despiertas.

No podemos ignorar el valor de la Palabra y el poder que tiene para la batalla diaria. Esa Palabra nos anima y conforta, pero además nos lleva a confrontar al enemigo con gran poder.

El Señor pone Su espada en nuestras manos, para que podamos usarla tanto al resistir la tentación, como lo hizo el Señor en el desierto cuando tres veces fue tentado por el enemigo, más también en el evangelismo.

La Palabra de Dios es más cortante que toda espada de dos filos. Por ello hoy no debemos avergonzarnos de utilizarla, ni dejar de reconocer confiados que la Biblia es la espada del Espíritu. Cuando la tentación llegue necesitamos cada día citar con firmeza la poderosa Palabra de Dios.

La Palabra de Dios es dinamita en acción para derribar las fortalezas del enemigo y levantar en su lugar el Reino inconmovible de Dios.

Es nuestra arma para contrarrestar cada mañana malas noticias, con Su Palabra que nos trae cada mañana buenas noticias. Mientras el mundo nos hace temblar con sus anuncios, el Señor nos da gozo y esperanza con Sus promesas.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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