UN MOMENTO CON DIOS
Aliento del cielo
“¿Por qué voy a desanimarme? ¿Por qué voy a estar preocupado? Mi esperanza la he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando. ¡Él es mi Dios y Salvador!” (Salmo 42. 11)
Si leemos bien este versículo,
fácilmente nos daremos cuenta que al inicio existe un diálogo interior en la
vida de una persona que está desanimada y preocupada.
Esa persona, quizás sin tener
cerca a algún amigo o consejero, no tiene más remedio que hablarse a sí mismo
para motivarse.
Aquí aprendemos algo muy útil
para practicar en este día, donde todo se ve gris y nublado. Si nos sentimos
rodeados como de una nube de desanimo y preocupación. Si empezamos el día, o la
jornada de trabajo, o estamos sólo en la casa sin contar con la ayuda de
nadie.
Hay una buena noticia para saber:
Si nos aferramos a Dios, lo buscamos y en oración conversamos con Él, recibiremos
aliento del cielo para ordenarle a nuestra alma que deje de preocuparse y se
renueve en alabanza y gratitud al Señor.
Cuando nos lleguen los días
oscuros, no nos quedemos callados sino levantémonos en fe y ordenémosle a nuestro
ser interior que irrumpa en alabanza porque nuestra esperanza y salvación
vienen de nuestro Dios. Practiquémoslo y resultaremos renovados, bendecidos y
edificados.
Dios les bendiga abundantemente.
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